Dejó que el pelinegro metiera la lengua en su boca, que apretara fuertemente sus nalgas y piernas con sus venosas manos, causándole que callara un agudo gemido. Movía su cintura en busca de más fricción, mientras empezaban a sentir mucho más calor.
Jamás imaginó que terminaría en esa posición, encima de ese pelinegro como si fuera una silla, su silla personal, pero no pudo evitarlo. No pudo resistirse cuando vio a ese guapo pelinegro de fuertes músculos y grandiosa retaguardia entrar por aquella puerta.
Sin embargo... ¿Cómo habían llegado a eso?
En primer lugar, Jeongin se encontraba tirado en su cama sin hacer nada.
Era sábado y pasó ese día encerrado en su casa, flojeando un rato y en otro rato dándole unos detalles a su tesis, luego se cansó y decidió acostarse a descansar, hasta que la puerta de su departamento fue tocada. Soltó un bufido, molesto con la persona que había interrumpido su momento de relajación. Se levantó y avanzó con pasos perezosos hacia la puerta, la cual abrió para encontrarse con Félix, su mejor amigo, quien sin permitirle decirle algo entró a su hogar.
—Hola, In —dijo Félix, entrando al departamento como si fuera el suyo, aunque básicamente lo era, entre ellos había mucha confianza.
—¿Hola? —musitó Jeongin, brevemente descolocado y sorprendido de verlo allí—. ¿Qué te trae por acá? Pensé que irías a una fiesta.
—Iremos.
Jeongin de inmediato frunció su entrecejo.
—¿Iremos? Eso me suena a manada.
—Sí, Jeongin, iremos. Los dos. Tú y yo —dijo Félix—. Ya es hora de que salgamos los dos y que busques un buen polvo para esta noche, andas muy estresado y eso se debe a que te falta un buen sexo.
—Dios, Félix, andas hablando burradas.
—No son burradas y te cambias en este momento —ordenó con sus manos en su cintura y su rostro serio, pero más que serio se veía gracioso y adorable.
—No iré, hablo en serio, así que no insistas. Tengo que terminar unos detalles de mi tesis.
—Vamos, Jeongin, por una noche que le pongas pausa a la tesis no te hará daño.
—Como tú ya te graduaste y tienes un trabajo estable puedes andar flojeando en tus días libres, pero yo no. Tengo que terminar esto y prepararme para la sustentación —contestó.
—Sólo serán unas horas, Jeongin, tu tesis ya está terminada, sólo debes arreglar unos detalles y ya. Vamos, In, ¿sí? —trató de persuadirlo.
—Dije que no iré y no insistas.
—¿Estás seguro de que no irás? —preguntó con una sonrisita, Jeongin asintió—. Bien, entonces tendré que decirle a tu papá que, cuando se fue a New York, tú le...
—Cállate, no te atrevas a decirle o verás —musitó seriamente.
—Entonces, ¿vienes conmigo o no?
—Sí, Félix, voy contigo, pero mantendrás tu boca cerrada —apuntó con el dedo índice.
—Mis labios están sellados.
—Okey.
El de pecas dio saltitos en su puesto, muy emocionado.
—Bien, ahora alistate, porque no irás en pijama y con tus cabellos alborotados.
—Ya, ya voy.
Jeongin bufó y fue a su cuarto a cambiarse. Luego de hacerlo fue arrastrado por Félix a una enorme casa situada en uno de los barrios más costosos y seguros de todo Seúl. Antes de entrar pedían identificación e invitación que Félix cargaba y Jeongin se preguntaba cómo la había conseguido.
—¿Cómo conseguiste invitación a esta fiesta, Félix? Esta casa se ve que es de un tipo con mucho dinero y de un círculo social distinto al nuestro.
—Porque lo es —murmuró Félix—. ¿Te acuerdas de mi cita a ciegas? —preguntó y Jeongin asintió—. Pues mi cita resultó ser un tipo adinerado y esta es su casa, él organizó la fiesta y por eso conseguí invitación. Bueno, la conseguí para ti porque el guardia ya me conoce.
Jeongin abrió su boca con sorpresa, pero no dijo más. Recordaba que hace meses Félix pasó su número de contacto a un grupo que se encargaba de organizar citas a ciegas, su amigo lo hizo con la intención de conocer a alguien y salir, fuera duradero o no, sólo quería intentarlo con alguien. Félix le contó que le fue bien en la cita y que ambos estaban saliendo, aunque él no había conocido a su novio y la verdad no esperaba que fuera un tipo con mucho dinero.
Félix lo llevó hasta adentro y se encontraron con un montón de gente bailando, brincando, besándose y otras cosas que Jeongin prefería evitar ver.
—Hola, Lixie —dijo un tipo alto de cabellos castaños, se veía algo mayor. Se acercó a Félix para besarlo y Jeongin supo que ese era el novio adinerado de su mejor amigo.
—Hola, Jinnie —contestó de manera melosa, besando sus labios. Jeongin apartó la mirada—. Te presento a Jeongin, mi mejor amigo. Jeongin, te presento a Hyunjin, mi novio —dijo nuevamente, en el medio de ambos.
—Es un gusto conocerte, Jeongin, espero que la fiesta sea de tu agrado.
—Es un gusto también y gracias.
—Bien, yo los dejaré un rato solos —dijo Hyunjin, después le susurró algo a Félix en su oído para segundos después dejar un beso en su mejilla, causando que su amigo sonriera como idiota, luego el castaño se marchó.
—¿Qué te dijo? —preguntó Jeongin con curiosidad, cuando estuvieron los dos solos—. Por cierto, ¿qué edad tiene?
—Queti, cosas de novios. Y tiene 29.
—Dios, Félix.
—No exageres que no nos llevamos muchos años, tan sólo son 4 años de diferencia.
—Cómo sea, ¿qué te dijo? Vamos, Félix, no debe ser nada tan grave como para que no le puedas decir a tu mejor amigo.
—No, después te traumas y no quiero eso —murmuró y antes de que Jeongin volviera a abrir su boca, se le adelantó—. Ven, vamos a bailar.
Félix lo arrastró de las manos hacia la pista de baila, la cual estaba llena, pero sorpresivamente había espacio para unas cuantas personas más.
Ambos empezaron a bailar, Jeongin olvidándose de sus problemas universitarios y de terminar esos detalles frustrantes de su tesis.
Estaba bailando tan concentrado en realizar sus movimientos, lo estaba hasta que lo vio entrar... Vio entrar al hombre más apuesto de la noche. Dejó de moverse y se quedó observándolo como un bobo, el tipo notó su mirada y lo miró, sonriéndole coquetamente y causando que el calor se le subiera hasta las orejas. Se giró cuando se sintió muy nervioso.
—¿Qué sucede? —preguntó Félix a su lado.
—Uhm, nada, nada...
—¿Seguro? —insistió.
—Sí, seguro. Iré a pedir algo a la barra. Si quieres puedes ir con Hyunjin, estaré un buen rato sentado —avisó, apurándose en irse de ahí.
Félix sólo sonrió mientras negaba, yendo hacia su novio que lo esperaba en su habitación.
Jeongin se sentó en los bancos de la barra y pidió vodka, lo más fuerte para beber. Necesitaba sacarse todo ese estrés acumulado, quizás Félix tenía razón y necesitaba follar.
Sólo esperaba encontrar a una buena persona para hacerlo.
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Alcohol, Sudor y Sexo ♡ ChanIn
FanfictionEran Chan y Jeongin escapando de una fiesta, para enredarse entre las sábanas en una noche de alcohol, sudor y sexo. ♡˖ Historia de mi autoría. ♡˖ Contenido +18.