Capítulo 1.

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El sonido de aquel disparo resonó en toda la habitación, lentamente bajó su arma, la colocó sobre una gran mesa de madera y con suma lentitud se acercó a aquella mujer pelirroja que lloraba con descontrol aún atada a la silla.

Relamió sus labios y se acercó mientras embosaba una amplia sonrisa, Jungkook tomó asiento frente a dicha mujer y se cruzó de piernas mientras acomodaba sus guantes. —Bien, quería Sasha, ¿Aún te rehusarás a hablar? —Observó al chico a su lado que también estaba atada e inconsciente. —¿O prefieres que el siguiente sea tu hijo? Ya perdiste a tu amante. —La mujer negó. —¿Hablarás? —La mujer asintió y Jungkook le quitó la cinta que cubría su boca.

La mujer dió un respiro profundo y dejo escapar un sollozo, mientras apretaba sus ojos. —Fue mi esposo, él fue quien desvío la mercancía de-del punto y luego se la vendió a Choi.

La mandíbula de Jungkook se tensó. —¿Dónde está tu esposo, Sasha?

La pelirroja relamió sus labios buscando las palabras, sabía que Jungkook jamás perdonaba traiciones. —N-no lo sé.

El pelinegro puso el cañón del arma en la frente de la pelirroja y le quitó el seguro. —¿Dónde está tu esposo, Sasha?

Sasha comenzó a llorar, estaba temblando. —Enserio, no lo sé, no lo sé. —Balbuceó entre llanto.

Jungkook se levantó de golpe de su silla, guardó su arma en su pantalón y se dió vuelta, caminó hasta la puerta de la habitación. Al pasar al lado de Yoongi, apretó su hombro y con la expresión más fría y neutral habló. —Mátalos. —Ordenó.

Al escuchar aquella orden el peligris alzó su arma apuntándole a la mujer, un desgarrador grito salió de la boca de esta, el sonido de un disparo le siguió y con este el silencio sepulcral del lugar.

Antes de poder seguir si rumbo a la salida la voz de Yoongi lo detuvo. —Capo, sembra che il ragazzo voglia dirti qualcosa. (Jefe, parece que el chico quiere decirle algo.)

El pelinegro se dió vuelta, se acercó al hijo de la difunda Sasha y le quitó la contá de la boca.

—¡POR FAVOR, NO ME MATE, PUEDO SER ÚTIL, SÉ MUCHAS COSAS DE MI PADRE, DE SUS NEGOCIOS, SÉ DÓNDE ESTÁN LAS ESCONDITES DE CHOI Y DONDE GUARDA PARTE DE SU MERCANCÍA!

Al escuchar aquello, Jungkook miró al chico intrigado, podría estar mintiendo. —¿Por qué me ayudarías a destruir a tu propio padre?

La mirada del chico no mentía. —Porque él y mi madre... —Miró el cuerpo inerte de la mujer a su lado. —Merecen morir y ser torturados.

Una carcajada resonó en todo el lugar, Jungkook no pudo evitarlo, el conocía aquella mirada que tenía el chico castaño que estaba amarrado a la silla.

Era la misma mirada que él tuvo la primera vez que quiso asesinar a alguien.

—Tú y yo nos llevaremos muy bien, niño.

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Cruel Perdición || KookV. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora