Cruel Perdición || KookV.

Capítulo 7.

Estos son recuerdos del pasado de Taehyung, esto sucedió cuando aún estaba en Japón.

Advertencia: Contiene escenas de violencia/violaciones y lenguaje obsceno, leer con discreción.

—Taehyung, cariño. —La dulce voz de su madre resonaba en sus oídos.

Un pequeño Taehyung de doce años estaba escondido en el clóset mientras tapaba su boca con ambas manos.

Una pequeña risita escapó de sus labios y eso lo delató, la puerta del clóset se abrió de par en par y el pequeño chico pegó un respingo. Su madre se abalanzó sobre él haciéndole cosquillas mientras esté se retorcía mientras reía, estaban jugando a las escondidas y había perdido.

—¡Para mamá, para! —Reía el pequeño rubio mientras se retorcía por las cosquillas.

Repentinamente la puerta de la habitación fue tocada, ambos se quedaron quietos, su madre le hizo señas de que hiciera silencio y el asintió, ella cerró las puertas del clóset dejandolo ahí escondido.

Taehyung pudo escuchar como la puerta de la habitación se abrió, muchos gritos comenzaron a escucharse en la habitación, los latidos del corazón de Taehyung resonaban en su pecho, de repente un fuerte golpe resonó en el lugar ocasionando que diera un respingo y tapara su boca con sus manos impidiendo que un grito escapara de esta.

Silencio, fue un gran silencio el que abarcó el ambiente.

Taehyung tragó saliva y escuchó algo caer con fuerza en el suelo y pasos al parecer saliendo de la habitación, pues el sonido de la puerta cerrandose le dió aviso de que aquella persona se había ido. Lentamente abrió una de las puertas del clóset, miró hacia afuera percatándose de que solo su madre estaba en la habitación y un gran cuadro estaba a sus pies, abrió la puerta de golpe al ver la sangre brotar de una de las manos de su madre, que inmediatamente volteó a mirar a su pequeño.

—Quedate en el clóset, mi niño, no salgas hasta que te lo diga. —Susurró está, el rubio tragó pero volvió a cerrar la puerta del clóset mientras los pensamientos tormentosos lo invadían.

A veces solo quería tomar la mano de su madre y escapar de este lugar que solo la hacía sufrir.

Esa misma noche, su madre fue a trabajar como de costumbre, pero no regresó con vida.

Decir que estaba destrozado por el asesinato de su madre era poco, se encontraba perdido y realmente no sabía que hacer. ¿Un chico de doce años podría sobrevivir solo?  Aquellas preguntas se esfumaron de su mente cuando varias de las amigas de su madre del club se hicieron cargo a él, lo escondieron del dueño, pues este estaba como loco buscando al chico. Nadie entendía el porque.

Pero todo cobró sentido cuando a sus quince años, hubo una inspección sorpresa, no logro esconderse tras el pasadizo secreto que habían hecho, y termino escondiéndose en el clóset dónde antes jugaba a las escondidas.

Sus manos temblaban y sus cabellos rubios caían por su frente, Taehyung tragó saliva pesadamente, tenía tapada su boca con sus manos, evitando hacer algún ruido. Sintió como tumbaban muchas cosas en la habitación, abrían y cerraban puertas, se oían gritos y el solo pudo cerrar fuertemente sus ojos rezando para que todo terminará pronto y no lo descubrieran.

Pero, para él Dios siempre fue injusto, logro confirmarlo cuando la puerta del clóset se abrió de par en par.

Las lágrimas llenaron sus ojos mientras observaba los orbes cafés claros de Haruto, el dueño del club. —Te encontré, muñequito.