—¿Que?—abro la boca con incredulidad–. ¿En qué demonios se supone que me vas a ayudar?
—En esto—dice él, y saca una hoja.
Mis ojos se abren con sorpresa cuando veo mi letra desastrosa y desordenada por toda la hoja. Es mi discurso,el que no encontré. El que contiene todo lo que me ha pasado.
—Ay, dios—no puedo evitar soltar mientras mis mejillas se ruboricen por la vergüenza.
—No te preocupes—James me sonríe y le salen unos hoyuelos adorables.
Pero la rabia reemplaza a la vergüenza, y le arrebato el papel hecha una furia.
—¡¿Y tu porqué lees mis cosas?!
James se lleva uno de los mechones dorados que le caen frente los ojos y se encoje de hombros, claramente indiferente.
Será...
—No sé, supongo que porque tenía curiosidad—admite, y una sonrisa canalla se expande por su rostro, repentinamente divertido—. Quería saber más sobre la misteriosa cantante, Nera Darson... ¿Que hay de malo en eso?
Lo dice con toda su inocencia, sus ojos brillando traviesamente.
Arrugo la nariz, disgustada.
—¿Porque estas tan interesado en mi?
—Eres genial, ¿Por qué no estar interesado?
—Sobre todo porque lo que menos soy es interesante. Seguro que solo te estás burlando de mí...
—Créeme, no me estoy burlando.
Un repentino calor me recorre el cuerpo y me siento tan aturdida que no le respondo. Él sigue mirándome, pero advierto una ligera incomodidad en sus gestos.
—¿Como pretendes ayudarme?—le pregunto con fingida indiferencia.
Él parece volver en sí y su sonrisa canalla regresa, arrastrando con ella mi irritación.
Genial, me encanta esta dinámica.
Tú sigue, conciencia, tan sarcástica como siempre.
—Pues según tu discurso con una enorme cantidad de tildes desaparecidas, estas castigada.
—No me digas—pongo los ojos en blanco, aunque ahora que lo pienso no tengo ningun motivo para hacerlo. La rutina, supongo.
—El caso es que, sin ánimo de ofender, soy mucho mejor en la escuela que tú.
—Dijo humildemente.
De repente, la sonrisa que James ha estado esbozando todo este tiempo se desvanece de un plumazo. Admito que un escalofrío de advertencia me recorre el cuerpo, y me encojo un poquito.
—Estoy intentando ayudarte—su tono de voz es irritado, rozando lo cansino—, ¿Porque demonios te cuesta tanto asumirlo?
Me encojo de hombros, rehuyendo su mirada.
—No lo sé—digo escuetamente, empezando a encontrar la situación sumamente incomoda.
El se levanta, arrastrando su mochila con él. ¿Tanto lo habré molestado que ahora se quiere ir?
Pero James comienza a hacerme gestos frenéticos para que me levante de inmediato. ¿Qué? ¿A este que le está pasando?
James sigue con sus intentos de hacerme saber que tengo que levantarme, pero yo me niego rotundamente. Es que no hay razón aparente, es algo raro, estupido y algo que no pienso hacer ni en sus mejores sueños.
—Descansando, ¿no?
Casi me da un paro cardiaco, me levanto al instante, con el corazón bombeando a una velocidad de vértigo. Por el rabillo del ojo, puedo distinguir a James llevándose la mano a la cara con frustración.
—Yo...No es lo que usted piensa, señor—digo mirando al profesor de matemáticas, que me está dirigiendo la más asesina de las miradas.
Pues si que tuviste que hacerle caso al chico.
No es momento, conciencia.
—Lo que estoy pensando es que ya va siendo hora de que entres a tu castigo—me dice el profesor con una ceja enarcada.
—P-por supuesto, señor—susurro con las mejillas encendidas y unas ganas horribles de salir corriendo.
El profesor entra primero y luego lo seguimos James y yo. Este último no paraba de dirigirme miradas de soslayo que yo intentaba ignorar a toda costa.
El profesor nos deja un fajo de folios llenos de tareas en nuestras respectivas mesas—en serio, ¿este señor es el hijo legítimo de satanás o que?—, y se marcha tranquilamente a su despacho en donde comienza a hojear su móvil con una sonrisita más que sospechosa.
Yo intento concentrarme en mi tarea con todo mi empeño, pero los susurros de James—que intento ignorar con todas mis fuerzas—, no me dejan en paz.
De repente, como si diosito hubiese respondido a las plegarias de James, el maestro sale corriendo a toda mecha del aula, dejándome un poco descolocada.
James no tarda en inclinarse hacia mi y sujetarme la muñeca—¿como demonios su piel es tan calida?—, incitando a mirarlo. Y lo hago, con un nudo en el estomago.
—Nera—su voz sale ligeramente ronca, y me envia un escalofrio—, esta vez necesito que
me escuches y sin ningun tipo de interrupción si puede ser.
Entrecierro los ojos.
—Va.
—Bueno—dice él, estirándose hacia atrás en su silla con aire perezoso—, como ya he dicho antes, resulta que estas castigada y yo tengo tu solució. Puedo ayudarte a estudiar y convencer a tu madre para que te deje volver con tu banda.
Enarco una ceja y me inclino hacia delante.
—¿Y que esperas tener a cambio?
Él tambien se inclina hacia mi, y puedo sentir su aliento contra mi rostro. M estremezco. él sonrie con picardia.
—Eso es exactamente lo que esperaba oír—dijo James sonríendo—. El caso es que necesito que seas mi pareja falsa por al menos 3 meses.
Casi me caigo de culo por la impresión.
—¡¿Que?!—digo agitada.
—Lo que has escuchado—dice él con suma tranquilidad, su calma me está poniendo sumamente nerviosa—. Aunque me cueste decirlo, tu eres comola cara de tu banda y os estais volviendo muy famosas. Mi banda tambien se esta volviendo muy famosa, y si salta la noticia de que los cantantes James Kennedy y Nera Darson están saliendo, ganaríamos el doble de popularidad lo que nos beneficiaría a ambos.
—Yo...
James alza las manos y su mirada se suaviza.
—No espero que te sientas presionada a aceptar, ¿vale?—me dice con voz suave—. Pero es un buen trato y nos ayudaria a los dos, ¿no crees?
Lo miro unos segundos, sopesando mis opciones. La propuesta era irresistiblemente perfecta, todo eran ventajas...pero tambien habia inconvenientes.
¿Ser la novia falsa de James Kennedy? Sonaba a tortura disfrazada de sueño. O en mi caso, tortura extrema disfrazada de simple tortura.
Pero las miradas coléricas de Macy y Edna, el vacío de ser una decepción me impulsan a tomar una decisión de la que estoy segura, me arrepentiré.
—Acepto
Nuevo cap!
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ig: @noraa__wr
Nos leemos pronto <3
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Cántame al oído
Teen FictionNera es una chica torpe pero muy talentosa de 17 años. Hasta ahí todo sería normal, pero Nera es la vocalista y guitarrista de una banda fundada por ella. Pero al centrarse tanto en su banda y todo lo relacionado con ella, acaba suspendiendo bastant...