Salí de aquel lujoso edificio con la ropa deportiva que Tyson me había conseguido, la sensación que me acompañaba era muy diferente a otras que había vivido antes, ahora no quería abandonar el lugar y no me sentía asqueada por los recuerdos de la noche, tome un taxi, esperaba que nadie me reconociera, pedí que me dejaran en un parque a tres cuadras de la casa de Mew, camine el resto del trayecto mientras evitaba pensar en nada, sabia que había perdido una gran oportunidad pero no podía ser vulnerable frente a Mew, sabia como tomaría él esa reacción, esa era la razón por la que no me había permitido soltar ni una sola lagrima, lloraría pero no para darle esa satisfacción.
El sonido del portón abriéndose auguraba tormenta y estaba más que lista para enfrentarla, entre decidida y con la barbilla en alto, los sonidos provenientes de la cocina me hacían saber que Gulf se había quedado a dormir con él como había prometido, no me sorprendía ni me encontraba herida, en algún punto me sentía agradecida porque Mew se enfocara en él y no en mi. Entre por la puerta de cristal, sólo Gulf se encontraba haciendo de comer.
-Buenos días- mi voz lo sorprendió un momento, su mano se quedo suspendida, tal vez mi tono fue lo que mas le resulto interesante, sonaba alegre hasta yo hubiera reaccionado igual. Seguí mi camino hasta las escaleras, la voz de Mew me detuvo en el tercer escalón, voltee.
-Espero que todo saliera bien - sus brazos cruzados sobre su pecho resaltaban, no lucia feliz, su entrecejo se fruncía cada vez más, sus ojos escanearon mi cuerpo, baje lentamente para ponerme a su altura, extendí mi mano con los documentos.
-Por supuesto - dije ceremoniosa con voz alegre, regrese a mi camino, entre en mi habitación, mire mi reflejo aun no podía ser yo, tenia que seguir siendo la esposa de Mew, aun faltaba su visita. Camine al closet y saque ropa limpia, entre a la regadera y los recuerdos de la noche pasada se agolparon en mi mente, limpie la suciedad pero ahora no sentía la necesidad de arrancarme la piel, al contrario, sabia que extrañaría ese olor, que a partir de anoche representaba seguridad para mi, termine y descarte la ropa limpia, esperaba que la ropa deportiva aun guardara un poco de su olor, así era.
Sonó la puerta de la habitación mientras secaba con la toalla mi cabello, sabia lo que venia, me acerque, Mew veía por el ventanal, en sus manos mantenía una botella y un par de copas, volteo y por un instante pude ver al Mew que me enamoro, sonrió y se acerco a mi.
-Tenemos que celebrar - sus manos destaparon rápidamente la botella, lleno las copas y me acerco una de ellas, la tome. -Por mas tratos exitosos - su mano se poso sobre mi mejilla mientras me acariciaba lentamente para besarme, me aleje - ¿que sucede? - el tono de su voz era furioso, me miro analizando cada parte de mi cuerpo.
-No tengo ganas - lo mire sin parpadear, mi voz no mostraba más que fastidio, su ceño se frunció aún más.
-¿no tienes ganas?
-No quiero tener sexo contigo - dije cada palabra lentamente mientras me acercaba
-Pero... ¿de que mierda estas hablando? - acorto la distancia que nos separaba y su mano busco la mía, retire mi cuerpo del suyo sin dejar de mirarlo
-Me das asco - lo mire con toda la repugnancia que sentía, lo recorrí lentamente de abajo a arriba - no hay nada en ti que valga la pena mirar, puedo ser tu esposa en papeles pero me parece que ya es hora de que entiendas que no somos nada más que desconocidos viviendo juntos, ahora sal, tengo cosas que hacer - abrí la puerta, Mew se vio confundido un tiempo antes de caminar, una vez afuera cerré la puerta con seguro.
Me senté en la cama mire a mi alrededor, tenia una vida llena de lujos y perfecta pero no había nada más alejado de la verdad que eso, aún con todas las palabras que le dije a Mew sabia que eso sólo era una parte de como me sentía, es verdad que su comportamiento me había hecho sentirme asqueada pero no podía evitar esa parte de mi que sentía que amaba al hombre con el que me case. La cama era enorme para una sola persona, la habitación lo era aun mas y había tenido que pasar en este lugar cada día, escuchando a mi marido jurarle amor a Gulf cada noche, llorando hasta quedarme dormida, culpándome por cada acción de Mew que me lastimaba.

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Cautiva
FanfictionUn matrimonio qué demuestra que no todo es lo que parece, Mew Suppasit un actor reconocido, el marido perfecto, el hombre perfecto, tiene la vida ideal al lado de la pintor Ann Saern.