Prólogo

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Toda mi vida he pensado que las personas son como plantas. A lo mejor esta comparación parezca ridícula, ilógica, o hasta razonable, honestamente no me importa lo que les parezca, hago esta comparación porque siempre se me dio mejor el trato con plantas o animales al trato con humanos.

Lo más probable es que esto también te parezca raro, pero la verdad eso tampoco me importa, hace mucho que dejó de importarme lo que los demás piensen, de hecho creo que jamás me importó en realidad.

Y todo era fácil, al menos para mí, probablemente para los demás no todo fuera tan fácil, en especial para mis padres. Todas las demás personas siempre pensaron que yo estaba mal, o que yo la pasaba mal, pero están muy equivocados.

Todo era fácil y sencillo, hasta que pasó lo de la maldita carta, la maldita noticia, y por sobre todo, la maldita reunión. A veces me pregunto qué hubiera pasado si los eventos que causaron los problemas, o como lo llamo yo; "La Gran Tragedia", nunca hubieran sucedido, o nosotros no los hubiéramos seguido. Probablemente todo sería muy diferente, pero como jamás lo averiguaremos, rara vez me preocupo en pensar en eso.

Siempre me dijeron que era una niña rara, incluso mi propia familia lo pensaba, aunque muy pocos se atreverían a decirlo, no era sencillo de por sí enfrentarme con mi propio carácter, pero mucho menos al mío sumado al de mis hermanos y primos, los cuales me protegieron toda la vida.

Todo esto debe ser muy confuso, pero poco a poco se va a empezar a aclarar, solo esperen; ya les traigo la vela para que puedan ver con claridad...


A/N: Espero les guste esta nueva historia

La Carta de la Gran TragediaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora