Vegetta recibió a su hijo llamado Spreen en la estación de trenes, lo ayudo a establecerse en la ciudad del Qsmp. Allí después de un tiempo conocería a alguien...
¡AU! ⚠
- Vegetta: Hechicero
- Rubius: Demonio/Ángel
- Capítulos cortos/ actualizacio...
Vegetta se exalta haciendo que el asiento caiga al suelo.
- ¿Estás bien?.- Preguntó aquella voz.
Vegetta vio toda su habitación con la mirada mientras se levantaba con un poco de dificultad.
En cuanto lo encontró él simplemente quería llorar ¿por qué? Porque aquel ser se parecía tanto a Rubius...
Pensaría fácilmente que es él pero el tono rojo y cuernos sobresalientes no aseguraban que fuera él.
Y Vegetta estaba simplemente paralizado viendo todo sin poder siquiera usar algún hechizo.
Vio como aquel ser apareció y comenzó a acercarse. De alguna manera se podría decir que se olvido de absolutamente todos sus problemas, estaba mal y de eso era muy consiente.
- ¿Qué ha pasado Vegetita?.- Preguntó moviendo la mano frente la cara de Vegetta.- ¿Te encuentras bien?.
- ¿Rubius....?- Soltó Vegetta.
- El mismo.- Sonrió amigablemente.- Ahora, ¿qué ha estado pasando? Te noto muy triste...
- Bueno, no es momento de decir nada, esto es repentino.- Vegetta se quedo pensando.- Debo estar alucinando.
Vegetta salió de la habitación con muchas intenciones de salir de la casa, obviamente siendo perseguido por el fantasma.
- ¿Qué dices? Soy muy real, he vuelto por y para ti Veg...- El fantasma lo siguió hasta que llegaron a la puerta que daba a la salida.
- Si eres real... ¿entonces por qué me has dejado solo? Es muy egoísta, eras feliz junto a mi y nuestros hijos... no necesito verme como un esquizofrénico hablando con... nadie.- Vegetta abre la puerta y sale de la casa.
- Vegetta-
- No quiero nada, si te fuiste fue por algo ¿no?.- Vegetta se sienta sobre el pasta cerrando los ojos en busca de paz y calma.
- Yo... espera, ¿ese no es Iván?.- Menciona Rubius.
Esto provoca que Vegetta abra los ojos rápido y en efecto era Iván, estaba sentado bajo las hojas de un árbol de roble. Aparte de eso, un chico aparece entre las hojas.
Vegetta se quedó sorprendido al ver que el chico baja de cabeza siendo su único soporte una tipo de hilo. No juzguen a Vegetta, no puede ver bien de lejos. (No sé como describir esta escena :/)
Vegetta quisiera escuchar lo que dice pero reconoce que su hijo merece privacidad.
- Spreen... - Escucha decir a Rubius.- Está siendo infiel...?
Vegetta suspira.- Juan ha muerto hace un tiempo, Iván vino aquí después de unos días de lo sucedido...
- ¿Y mis nietas..? No las he visto.- Rubius se acercaba nuevamente a Vegetta.
- Ellas... también murieron ese día...- Vegetta volvió a adentrar a su casa.- En serio, deberías irte.
- Vegetta- Rubius llama mientras lo alcanza.
- No estas obligado a amarme otra vez, soy consciente de lo que hiciste y no es necesario obligarte a que me tengas que amar en otra vida, tal vez. Si es que ser un fantasma es estar vivo.- Vegetta suspira pesadamente no queriendo recordar ese día.
- Lo lamento, en serio. Samu, no me estoy obligando a amarte, después de todo eres el hombre más lindo que conozco y puedo asegurarte que te amo y te amaré en todas mis vidas.- Confiesa Rubius con sinceridad.
- No sabría si creerte, después de todo eres un demonio ¿no es así?.- Hace un breve pausa.- Lo máximo que puedes hacer ahora es irte.
- Veg, te juro que dentro de unos días sabrás que no te estoy mintiendo, te lo prometo.
- Claro.
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Al cabo de unas semanas, Rubius había logrado cumplir su cometido, logró que Vegetta se hiciera mucho más afectivo y cariñoso.
Hablando de Vegetta, él había cambiado mucho, paso de ser un ángel puro a un demonio o así lo pensaba Rubius, quien lo vigilaba las veinticuatro horas del día (cuando podía).
Ahora; Vegetta, Rubius y Quackity estaban charlando o mejor dicho Rubius y Quackity hablaban. Vegetta estaba feliz ya que gracias a Quackity sabe que no es el único que puede ver a Rubius.
Pero, Vegetta se sentía demasiado excluido de todo, debido a que no es la primera vez que pasa este tipo de situaciones. Quackity y Rubius hacían muchas cosas juntos, eran celos pero Vegetta se negaba a aceptar que lo eran. Lloraba debido a que se sentía insuficiente y que por eso Rubius ya se había aburrido de él, que solo estaba a su lado por pena.
Vegetta se levanto del asiento sintiendo las lagrimas caer.
Rubius regresa su atención a Vegetta.- ¿Veg-
- No quiero escucharte.- Vegetta comenzaba a quitarse el guante derecho, dejando ver un anillo precioso en el dedo anular.- Si ya te has cansado de mi, solo tenias que decirlo ¿ de acuerdo?.- Vegetta se quita el anillo y lo tira dejado que caiga en donde Dios quiera.- Adiós.
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