𝟭𝟯 | 𝙈𝙞𝙣𝙨𝙪𝙣𝙜

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La espalda de Jisung golpeó el viejo pero suave colchón del hotel. Sus ojos brillaron cuando vio al macho cerniéndose sobre él. Ambos sin experiencia pero dispuestos a darlo todo el uno al otro. La puerta estaba cerrada, las ventanas estaban cerradas y la habitación estaba iluminada con velas que le habían robado a la madre del otro hombre.

Dejaron escapar un olor a vainilla que los embriagó a los dos. Sus ojos se encontraron el uno con el otro, comenzaron a inclinarse.

-Te amo Minho.

-Yo también te amo Jisung.

Cerraron la brecha con un tierno beso. Pronto el beso comenzó descuidado y sus dientes chocaron. Sus lenguas lucharon por el dominio, pero Minho fue el claro ganador.

-¿Hacia dónde vamos desde aquí?

Jisung miró a Minho con grandes ojos una vez que se alejaron.

Minho se giró para mirar la bolsa de plástico qué habían comprado en el camino hacia aquí. Había condones y lubricante allí, pero ninguno sabía cómo usarlo.

-Supongo que usamos eso.

Minho levantó su cuerpo lejos de Jisung. Recogió con la bolsa y sacó los artículos del interior. Solo había visto pornografía mientras fantaseaba con el más jóven. Sin embargo, dado que estaba muy aturdido, nunca prestó mucha atención a cómo comenzó exactamente la acción.

Jisung se incorporó mientras Minho abría todo.

-¿Estás seguro de que sabes lo que estás haciendo?

Minho le dió una pequeña sonrisa.

-¿Confías en mí?

-¡Claro que sí!

Minho sonrió ampliamente.

-Bien, porque ahora mismo no confío en mí mismo. Pero si confías en mí, no hay forma de que algo salga mal. Eres la persona más magnífica qué existe. Tan suave como una pluma, tan hermosa como una rosa, y tan afilada como las espinas que guardan esa rosa.

Jisung se sonrojó y ahora se volvió tímido. Se sentía desnudo aunque estaba completamente vestido, aunque eso cambiaría en unos minutos.

Minho leyó cuidadosamente las instrucciones en la parte posterior del paquete de condones. Deseó haber escuchado en la escuela cuando se les enseñaba sobre el sexo y las precauciones de seguridad. Comenzó a sentirse abrumado por la frustración consigo mismo por no poder complacer a Jisung de inmediato.

Jisung notó ese cambio de humor y jugó con su mano sobre la de Minho. Minho lo miró.

-Vas genial, sólo respira hondo Min.

Minho sintió que se relajaba. Su mente se volvió más clara y pudo leer correctamente las instrucciones.

Dejó la caja y se volvió para mirar a Jisung. Acarició la mejilla del más jóven.

-Esto es todo...

Jisung se inclinó hacia su toque.

-El día que nos volvemos uno.

Ninguno reconoció el hecho de que eran demasiado inmaduros y demasiado jóvenes. Se sonrieron el uno al otro ciegamente.

-¿Estás listo?

Jisung asintió. Minho quitó la mano de su mejilla y abrió el condón. Jisung observó como Minho se desabrochaba los pantalones. Sus ojos se agrandaron cuando Minho lo sacó. Tragó saliva mientras miraba a Minho ponerse el condón. Minho de vez en cuando levantaba la vista para mirar a Jisung, ganando confianza con la mirada que Jisung le estaba dando.

-Te amo.

Minho susurró mientras volvía acostar a Jisung en la cama.

Jisung arqueó la espalda, gritando de dolor y placer. Las lágrimas que brotaron de sus ojos se deslizaban por sus mejillas.

-¡Minho!... Minho~

Minho gimió mientras empujaba dentro y fuera de Jisung. Amando los sonidos emitidos por Jisung. La cama crujió y las velas brillaron más.

-Minho~ ahí mismo~

Minho movió sus caderas hacia adelante. Jisung gritó de placer. Jisung comenzó a ver estrellas mientras sus ojos se ponían en blanco.

-¡Sí! ¡Sí! Si~

Minho puso una de las piernas de Jisung sobre su hombro para obtener un mejor ángulo. Jisung se agarró a las sábanas de la cama mientras su cuerpo se mecía de un lado a otro.

-Minho~ Minho... Me siento raro~

Minho entendió lo que Jisung quiso decir.

-Adelante Jisung. Déjalo salir y di mi nombre mientras lo haces.

Jisung arqueó la espalda mientras gritaba el nombre de Minho.

Minho gimió cuando las paredes de Jisung se apretaron a su alrededor con fuerza.

-Minho~

Minho continuó empujando hacia adentro y hacia afuera, haciendo que Jisung se sintiera abrumado por el placer. Pero pronto Minho también sintió un calor en la boca del estómago.

Iba a retirarse pero Jisung lo agarró del brazo.

-Tienes un condón puesto.

Minho se liberó dentro de Jisung, colapsando en la cama al lado de Jisung.

-Minho...

La voz de Jisung sonaba cansada y somnolienta.

-¿Cómo hiciste para reservar un hotel?

Minho se separó de Jisung. Se quitó el condón y volvió a la cama. Acercó a Jisung a él.

-Eso es un secreto.