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Jisung salió de casa a las cuatro en punto de la tarde siguiente. MinHo le esperaba fuera igual que el día anterior, aunque en esa ocasión Soonie no estaba con él. Le llamó la atención lo guapo que era. Por supuesto, MinHo siempre había sido guapo, pero a veces era difícil notarlo por su aire de intimidación. De todos modos, era tan evidente que no pudo evitar preguntarse por qué nunca lo había apreciado adecuadamente.

- Oye- dijo MinHo. Si Jisung no se equivocaba, la mirada del azabache cambió al verlo. Se volvió... ¿más suave? Ello le tomo desprevenido. Siempre había pensado que esos mismos ojos eran fríos.

- Hola- Saludó Jisung. Creyó que lo había dicho con menos estridencia que antes.

- ¿Has cenado ya?

- No. Todavía es temprano.

- Bien- MinHo le tendió la mano.- Ven conmigo.

Esa vez, Jisung la tomó por su cuenta. Tal vez porque sabía que si no lo hacía, terminaría arrastrado a donde quiera que MinHo se dirigiera. Aun así, no se sintió nada como arrastre mientras caminaban juntos por la calle. Por el contrario, se sintió exactamente como se supone debe sentirse tomar la mano de otra persona.

En el momento en que Jisung lo discernio, sus mejillas se pusieron rojas. No podía ser. No iba de la mano con el terror de su clase. MinHo no le cogería la mano, sería mucho más probable que se la torciera y le rompiera la muñeca, ¿no? Solo estaban técnicamente cogidos de la mano. Pero no realmente tomados de la mano.

Cuanto más pensaba Jisung en ello, más estúpido sonaba. Así que intentó pasarlo por alto. Aunque era bastante difícil no hacerlo, con el mayor tomándole la mano.

Caminaron juntos por las calles, casi en silencio. Como era de costumbre, MinHo parecía propenso a decir algo, sin embargo, se detenía. Jisung se preguntó por qué. Ya había prometido hacer lo que MinHo quisiera. ¿Acaso no podía simplemente escupirlo y exigirle algo? ¿Qué le retenía?

- ¿Alguna vez me vas a obligar a hacer algo? - El castaño le preguntó en voz alta.

- ¿Obligarte a hacer algo?- MinHo le hizo eco. Un segundo después, sus mejillas se sonrojaron.- No haría nada que no quisieras hacer. P-Prometido.

- Entonces, ¿qué sentido tiene?

- ¿El punto?- parecía confundido.

- ¿Estoy entendiendo mal la palabra 'hacer'? Te refieres a ella como 'forzar', ¿verdad? No querrías que te obligara a hacer algo... ¿no es así?

- ¡Claro que no!

- Entonces no hay problema. No lo haré.

- ¿Y por qué me chantajeas?

- Lo siento, pero no conozco el 'chantaje'-Se le escapó la pronunciación coreana al decirlo.

¿Cómo es posible que alguien como él no conozca esa palabra?, se maravilló. Pero antes de que pudiera explicarlo, llegaron a un edificio.

- Aquí- dijo MinHo. Abrió la puerta y arrastró a Jisung al interior.

Era un estudio de arte. Las paredes estaban cubiertas de pinturas de paisajes, y una de un jardín de flores se encontraba apoyada en un caballete en el centro de la habitación. Se veía como algo del Festival de las Flores de Goyang y era muy bonito.

- ¿Pintaste eso?- Preguntó Jisung.

- No. Lo hizo mi tía. Este es su estudio.

- Oh.- Jisung había imaginado a la familia Lee como un clan mafioso o de tipo yakuza. Aparentemente no, si estaban pintando flores. ¿Era él la oveja negra? Sin embargo, se resistió inmediatamente a la idea. MinHo se sentía más a gusto en ese estudio de arte floral que en todos los callejones y almacenes abandonados que el menor había imaginado.

Bad Image | Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora