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Volvieron a casa tomados de la mano. Realmente tomados de la mano. Ahora que Jisung no estaba tan confundido, se deleitaba con la sensación. La piel de MinHo resultó ser cálida y suave, tan reconfortante.

Toda la noche se sintió lleno de una sensación burbujeante y feliz. No era de extrañar que MinHo siempre escuchara a Seventeen cuando pensaba en él.

A medida que se acercaban a la casa de Jisung, una gota de sudor volvió a manchar la frente del mayor. ¿Por qué sigue nervioso?, se preguntó. Pero de repente se le ocurrió la razón. Sabía exactamente por qué. Y saberlo le hizo sonreír aún más.

Se detuvieron en la puerta de la casa Han. MinHo arrastró los pies.- Bueno- dijo.- ¿Nos vemos mañana en la escuela?

- No te vas a ir así como así, ¿verdad?-preguntó Jisung.- ¿Sin una despedida adecuada?

- ¿Eh?

Jisung le echó los brazos al cuello y lo besó. MinHo hizo un pequeño ruido de sobresalto, sin embargo, solo fue momentáneo. Tan pronto como se dio cuenta de lo que estaba pasando, rodeó la cintura del castaño con sus brazos, lo levantó y lo hizo girar alegremente. El menor le besó con más fuerza. Todo en él se sentía exactamente bien. Como devorar su comida favorita, como caminar por las calles de París. Como estar envuelto en su color favorito, el blanco abrasador de la luna más brillante.

Se separaron, y MinHo casi lo dejó caer, aparentemente absorbido por toda su energía. Jisung sonrió y aterrizó ligeramente sobre sus pies.- Siento que no te he dado una respuesta adecuada antes- comenzó.- Lo siento. Pero sí. Definitivamente, me gustaría ser tu novio, Lee MinHo.

Cuando Jisung volvió a entrar, se apresuró a subir las escaleras y dirigirse a la ventana que daba a la calle. MinHo estaba encorvado en cuclillas, pareciendo completamente conmocionado.

Jisung nunca había visto un rostro tan rojo.

Al cabo de un momento, MinHo se puso de pie de repente, levantando los puños hacia el cielo.- ¡SÍ!- gritó, lo suficientemente fuerte como para que algunos vecinos abrieran sus puertas para decirle que se callara.

Jisung se tumbó en la cama, con una sonrisa incontenible de puro placer. Ayer no lo habría creído, pero ahora esperaba que hubiera más sobres rojos en su futuro, cada uno de los cuales sería aceptado con un sí tan entusiasta como aquel.

Bad Image | Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora