Cap.58

874 79 19
                                    

Clarke

Cinco años, cinco años cumplían ya nuestras mellizas. El tiempo pasó tan rápido que no me percataba que mis niñas estaban creciendo aún que disfrute mucho su crecimiento como de Aitana ahora con 11 años y Aden con 21 años, ya todo un hombre que se ha dedicado solo a su estudio de medicina como su madre Lexa. El fallecimiento de Becca naturalmente fue algo que nos afectó sobre todo a Madison quien ya había perdido anteriormente a Griselda y Gabriel sintiéndose sola ahora también con su retiro de lo que ama por su edad. Lexa opto por traerla a casa, pero ella se resignaba a irse, ya que en esa casa tenía muchos recuerdos, así optamos por contratar alguien para que cuidara de ella. El fallecimiento también de Nyko una triste noticia para todo el pueblo que dándose de luto por días tomando en su lugar Gaia quien fue preparada por el mismo Nyko para que tomara su lugar, quien ahora Gaia tenía nuevos aprendices para no se olvidará sobre la madre tierra. Cadogan el fuerte Cadogan que a pesar de su edad y jubilación del hospital aún parecía tener fuerzas para seguir por otros más, siendo que él era quien visitaba más seguido a Madison y se cuidaban el uno al otro enterándome con el tiempo que Callie era su hija, con quien no tenía una buena relación. Lexa nos propuso irnos a vivir a mi pueblo algo que me encantó como a mis hijos era algo que anhele en mis sueños y se cumplió con la mujer que amaba teniendo una familia grande. Éramos felices yo en mi pueblo con mis hijos viéndolos crecer y Lexa cercas de su hospital lejos de Althea. Todo iba tan bien que quien diría que al aplaudir a nuestras mellizas junto a toda la familia y les decíamos que le soplaran a las velas de su pastel todo cambiaría al apagarse la flama de las velas.

Clarke: Lexa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Clarke: Lexa.

Le hablé mientras me acomodaba en nuestra cama y la veía tan concentrada en su laptop estudiando en la cama.

Clarke: ¿Tienes un minuto para mí?

Lexa: Tienes todos mis minutos.

Cerro su laptop y la acomodo la mesita de noche para luego subirse en sima de mi, sonriéndonos nos dimos un corto beso.

Lexa: ¿Qué sucede mi amor?

Tome un profundo suspiro mientras llevaba mis manos a su rostro y la acariciaba sabiendo que esto no sería fácil después de pensarlo por mucho tiempo sentía que ya era el momento.

Clarke: Es tuve pensándolo y me siento preocupada para volver a mi trabajo...

Su semblante cambió en segundos al darse cuenta a donde iba bufando se apartó de encima de mí volviendo a su lado de la cama sentándose como yo lo hice preocupándome y molestándome un poco a su reacción.

Lexa: Alessa y Clarissa están muy pequeñas...

Clarke: No vas a volver a chantajearme con nuestras hijas. Con Aitana seguí trabajando y no hubo ningún problema, es una niña feliz que no le faltó nada. Necesito hacer lo que amo, necesito volver a ser YO como tú lo haces. Amo mis hijos y los adoró, pero también amo y adoro pintar, viajar, conocer el mundo y el hecho de que sea madre no significa, deba renunciar a lo que amo.

UN GIRO INESPERADO clexaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora