8 & 9

621 45 0
                                    

Ya vamos en la mitad!

8. Beso de película/beso actuado.

Si esto era un falso beso para despistar a un mercenario y al mafioso que lo estaba contratando, ambos personajes presuntamente causando problemas a la Unión Shinobi, quizá Shikamaru y Temari deberían también buscar trabajo como actores.

Shikamaru se estremeció cuando permitió que su propia lengua lamiera los labios de ella. Temari, inusualmente obediente, abrió su boca para dejarlo entrar.

En otra ocasión, en otro escenario más ideal para un primer beso y no al lado de un tétrico poste, Shikamaru seguramente habría aislado cualquier tipo de pensamiento que no fuera llevar sus manos a vagar por el cuerpo de ella. Ahora, sin embargo, entre tantas de las cosas que estaba compartimentado en su mente, sabía que quizá la idea de no revelar su fachada no era la única razón de que le resultara tan fácil besar a Temari luego de haber sentido la mano de ella detrás de su cuello, atrayéndolo a un obvio beso, percibiendo de inmediato su calidez incluso aunque el agarre de ella se hallaba por encima de la tela de su cuello tortuga.

Al parecer había existido un error en la asignación de la misión porque se había establecido en la última reunión en el País del Hierro que sería el mismo Shikamaru quien recopilaría información antes de formalizar una buena estrategia con la que más adelante algún equipo capturase a ambos hombres. A pesar de ello se había encontrado con Temari allí.

Shikamaru debió haber previsto que resultarían problemas cuando ninguno de los usuales delegados de Suna —Temari y Kankurō— habían podido asistir esa última vez y en sus lugares habían llegado una kunoichi —Maki, quien Shikamaru conocía y de quien dudaba hubiese sido la del error— y un petulante shinobi quien incluso había dejado la mano de Shikamaru extendida y sólo se había disculpado —muy tarde— cuando había caído en cuenta que se trataba del Jefe Organizador.

También, esa misma semana, Shikamaru debió haber enviado una carta preguntándole a Temari sobre el temporal delegado o incluso advirtiéndole de posibles errores, no obstante no lo había hecho a razón de no parecer celoso. Un verdadero gesto inmaduro si le preguntaran ahora. Incluso incompetente de su parte porque no había duda ahora de que la información entregada al Kazekage por dicho shinobi había sido incorrecta y por ende Temari había llegado allí, furiosa luego de la actualización que Shikamaru le había proporcionado.

Lo problemático de todo eso para la actual misión radicaba en que si bien un shinobi no habría parecido sospechoso, dos que habían llegado casi al mismo tiempo sí podrían levantar sospechas, la pequeña villa se estaba convirtiendo en un refugio de personajes de dudosa reputación.

Ante dicha situación Temari no había dudado en deshacerse de más de la mitad de sus armas —incluido su precioso abanico— sellándolos en pergaminos y ocultándolos incluso de la vista de Shikamaru. También, como un nuevo sufrimiento desbloqueado para él, la kunoichi había decidido quedarse en ropas más civiles significando eso que cosas como su protector gris y sus guantes habían quedado relegados.

En conclusión, Temari en vez de dar media vuelta había decidido transformar el problema en una solución: los dos hombres que Shikamaru debía espiar creerían, si miraban en su dirección, que sólo era un chunin lejos de su aldea, probablemente infiel, tratando de pasar un buen rato con una civil extranjera.

Sí, buen plan y todo pero volviendo al beso... Si en un inicio había sido fácil ahora Shikamaru en serio estaba tratando de no llevarlo a algo que se desenvolviera en un gesto más fuerte, más rápido. Que especialmente no se sintiera más hambriento.

Mantener un beso con Temari lo más impersonal posible era difícil.

Quería envolverla, llevar sus brazos alrededor de la ahora no protegida cintura de ella. Eran pocas las veces en que Temari no tenía algo cubriendo su cintura y la sola idea de llevar sus manos allí lo hacía sentir que se derretiría si se atrevía a hacerlo.

Besos | ShikaTemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora