🍃Día 4: Chupón🍃

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Las carcajadas de cierto azabache se oían por toda la habitación, o quizá por toda la finca del Viento también

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Las carcajadas de cierto azabache se oían por toda la habitación, o quizá por toda la finca del Viento también.

Abrazaba su abdomen por el dolor que sentía de tanto reír, para el Pilar no era nada gracioso, si ese mocoso no le encantara tanto nunca habría aceptado. No entendía la risa del menor, no era como que estuviera maquillado o vestido con ropa de mujer, sólo eran dos malditas coletas en su cabello.

Pero para Inosuke era bastante divertido, Sanemi tenía una cara seria pero las dos colitas en su cabello no iban de acuerdo a esa expresión.

— No le encuentro lo divertido.

— Te vez tierno. —Volvió a echarse a reír.

El albino dejó salir un gruñido, llevó sus manos a su cabello y quitó con brusquedad los dos listones que sostenían las coletas, después sacudió su cabello dejándolo igual de desordenado que siempre.

— ¿Por qué lo quitas? Dijiste que lo usarías todo el día si yo no usaba mi máscara.

— Puedes ponértela, no voy a usar esa mierda todo el día.

— Nop, hiciste una promesa, ahora la cumples. —Tomó en sus manos los dos listones de color verde opaco y miro al albino juguetón.

— No.

— Sí.

Durante aproximadamente unos 30 minutos Inosuke persiguió a Sanemi por toda la habitación intentando ponerle los listones, el Pilar se resistía a que lo hiciera y corría entre risas evitando que el menor se acercara a él, Inosuke también reía, nadie se imaginaria que esos dos perros chihuahuas jugarían de esa manera tan infantil cuando estaban solos.

Hablando de perros, ambos se pusieron en el suelo, a cuatro patas como dos caninos gruñendo con una sonrisa, Inosuke pretendía intentar lanzarse sobre el Pilar, mientras que él mayor sólo se mantenía lo más alejado y a la defensiva que podía.

Después de un rato más de estarse correteando por toda la habitación, Inosuke terminó acorralado contra la cama después de que el albino se lanzará sobre él; ambos forsejeaban entre risas para arrebatarle al otro los listones.

Ninguno malinterpretaba la situación, sólo estaban jugando como cualquier pareja un juego inofensivo. Después de un rato, ambos se cansaron e Inosuke se rindió dejando que Sanemi le quitara los listones y los tirara por ahí.

El mayor sonrió victorioso y algo burlón por haberle ganado a su novio; lo miró con una sonrisa ladina y juguetona, el ojiverde sólo rodó los ojos.

El Pilar se dio cuenta pocos segundos después de cómo es que estaban posicionados, él tenía ambas de sus manos recargadas a los lados de la cabeza de Inosuke y estaba entre sus piernas, sólo soltó una risilla escondiendo su mirada.

🍃30 Días OPT SaneIno [+18]🍃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora