All Of Me ; Robby Keene

Dance With Me

Emparejamiento: Robby Keene x Fem!Reader

Número de palabras del capítulo: 2.2k

Historia original: imagines-by-a-typical-fangirl

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A sólo tres días del domingo, era comprensible que tuviera a dos amigas -con gustos muy diferentes- volviéndome loca con el vestido. Iba a ponerme algo que tenía, pero tanto Sam como Piper me dijeron que tenía que comprarme algo especial. Ese mismo día Sam me llevó a ver algunas opciones, y Piper, más tarde, me llevó a tiendas muy caras. Los vestidos de allí eran increíbles, pero de ninguna manera me gastaría tanto dinero en un vestido que sólo usaría una vez.

Pero, en cuanto puse un pie en el dojo hablando de vestidos caros y de la falta de dinero, llamé -inconscientemente- la atención del Sensei Silver. Y al final, me compre un vestido bastante caro, Robby consiguió un traje igual de caro, y Silver dijo que haría que alguien trajera uno de sus coches.
En sus palabras "Cobra Kai debía ser visto en todo su esplendor", incluso en la fiesta escolar de San Valentín. Así que, cuando llego el domingo, estaba terminando de peinarme en el baño a las siete y media de la tarde, cuando ya habían pasado treinta minutos de la fiesta. Pero no me importaba. De todas formas, la mejor música nunca salía al principio y, creyéndome todo esto de ser Coka Kai, quería llegar elegantemente tarde.

Llevaba el pelo en ondas que me caían por los hombros, con la parte superior recogida y trenzada, y algunos mechones enmarcándome la cara. El vestido que llevaba era de un tono rojo oscuro, un tono cereza, y la tela reluciente brillaba cuando me movía. El vestido se ceñía perfectamente a mi cuerpo, y el corte a la izquierda, que me llegaba hasta la mitad del muslo, me daría suficiente libertad para bailar. Cuando terminé, salí del baño y me puse los zapatos negros de tacón.
Entonces, era hora de irse. Robby estaba afuera esperando, respiré hondo antes de moverme. Cruzar el tatami con estos zapatos había sido toda una aventura, pero me las arreglé sin accidentes. Cuando abrí la puerta del dojo, Robby se dio la vuelta. Y lo primero que noté no fue el coche de lujo en el que se apoyaba. Había sido él, con un traje gris oscuro, con aspecto de estrella de cine.

—Tú...

—Estás impresionante —me dijo antes de que pudiera decirlo yo, con sus ojos recorriendo mi cuerpo de arriba abajo mientras caminaba hacia él. —Ayer le eché un vistazo al vestido, pero... No tenía ni idea de que el vestido quedaría mucho mejor contigo dentro.

Ahora, toda mi cara estaba ardiendo de calor. —Gracias... —murmuro, mirándome las manos. —Tú también estás increíble.

—Nadie se fijará en mí, no contigo con ese esplendor —me dijo Robby y se movió para abrirme la puerta. —Pongámonos en marcha.

—¿Qué coche es este? Parece caro —le dije mientras echaba un vistazo rápido antes de entrar, el color amarillo haciendo una clara referencia al dojo.