Había un edificio tan grande, que fácilmente era confundido con un rascacielos.
Todo empotrado, cerámica y ventanales lo decoraban.
Tengo un pequeño contrato ahí, donde debía encargarme de encontrar un animal perfecto que ayudara a producir la energía exacta que hacía falta para algo mayor. Mis dos intentos fueron fallidos, ni con la ayuda de mi madre había logrado que funcionara.
Cuando estoy dándole la espalda al departamento donde me encontraba trabajando escucho un grito.
Decido seguir mi camino bajo la idea de "no es de mi incumbencia"
- ¡EL NIÑO!
Grita alguien dentro de la empresa y muchos guardas uniformados con trajes elegantes corrieron en dirección a donde se originó el grito.
Me giro y logro visualizar un hombre alto con el bebe en brazos. Se estaban raptando al hijo del presidente de todas las sucursales.
Al ver que ninguno de los guardas pudo atraparlo y detenerlo, corrí desde el piso donde estaba yo, 3 pisos más abajo. Subiendo las escaleras eléctricas en dirección contraria. Saltando los pequeños muros dentro de la empresa y cruzando por un pasillo poco concurrido y poco usado, tendiéndole una emboscada al tipo malo.
Cuando lo tuve de frente se acercaron otros guardas, y por pocos centímetros se nos escapó, rocé la tela de su brazo y corrí persiguiéndolo, pero logró escabullirse.
- ¡Maldita sea, que gran equipo de seguridad se gasta esta empresa!
Grite sarcásticamente al borde de las escaleras.
- Ya, vamos, relájate. -Dice mi amiga poniendo sus manos en mi hombro y llevándome consigo junto a un sofá de espera
- Está bien -Suelto un suspiro siguiendo sus indicaciones.
En el sofá se encontraban dos chicos, uno ya estaba sentado, con apariencia notoriamente agotado, lleno de sudor y los ojos verdes, combinados con un tono gris. Su compañero estaba recostado frente a él de un muro que rodeaba el borde del sofá.
Mi amiga se acostó en el sofá al lado mío, afincándose en sus codos.
Yo me acosté de forma que mi cabeza quedó sobre las piernas del chico agotado de ojos verdes.
No soy alguien que se embobe fácil con unos ojos claros, pero el verde grisáceo de sus ojos me resultaba hipnotizador, no podía dejar de verlo mientras hablaba con su amigo, y su amigo coqueteaba con mi amiga.
Me sorprendí cuando esos ojos verdes grisáceos se concentraron en los míos, estaban diciendo algo y no los había escuchado. Qué vergüenza.
Pero, a todas estas, ¿Quién es él?
Mi amiga hacia comparaciones entre como el otro chico la miraba, con cara de embobado y con brillos y nosotras. Hasta que me atrapó admirando su cara.
Desperté en mi cama, con la sabana desarreglada y mi papá de pie en la puerta llamándome, indicándome que era tarde y ya había iniciado un nuevo día.
- Pá, quítate esa franela, es de mi amiga y no te luce
- Ooohh, claro que si -Decia el moviéndose de un lado a otro
Mientras le contaba que había soñado con un chico increíblemente guapo de ojos verdes y por eso tenía un buen animo.
- Ya estas soñando con Jell.
Expresa incomodo, pero no, él no era Jell.
- No era él ¡Escúchame!
Trataba de que me creyera mientras el seguía vociferando su indignación por creer que soñé nuevamente con mi amor no correspondido.
- Este no se ni quien era, pero no era Jell. Jell tiene un arito naranja en sus verdes ojos. Este no, este era un verde tirando a gris muy puro, muy único e hipnotizante. Los de Jell son hermosos, pero esos tienen naranja, estos no.
Ahora volví a despertar, pero esta vez, si en la vida real.
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Mis sueños
FantasyNo es siempre, a veces puede ser una vez al mes, pero cuando pasa recuerdo todo con sumo detalle, los personajes implicados, los pasillos caminados, el ambiente. Pero siempre son solo sueños, que a veces tiene similitudes en el futuro.