Capítulo 2- Ryuu enfrenta a su padre

10 5 0
                                    

Después de recibir una llamada, Ryuu se dirigió apresuradamente a su casa, sintiendo una gran urgencia por llegar allí lo más pronto posible. A pesar de tropezarse en el camino, se levantó y continuó corriendo sin detenerse, ignorando el dolor que sentía. Finalmente, cuando se acercaba a su casa, aumentó la velocidad y chocó contra la puerta con tanta fuerza que ésta se abrió de golpe.

Al ingresar, descubrió que su padre tenía acorralada a su madre, quien estaba llorando inconsolablemente.

Ryuu actuó rápidamente y sin pensarlo dos veces se lanzó hacia su padre, golpeándolo en la cara con suficiente fuerza para hacerlo caer y quedar aturdido por un momento. Inmediatamente después, Ryuu fue a consolar a su madre, quien estaba temblando de miedo, y la abrazó.

-¡Vámonos, madre! -dijo Ryuu desesperado.

-No puedo dejar a tu padre, hijo -dijo Nara llorando.

Shikirai se tocó la cabeza un poco, aún confundido por lo que estaba sucediendo.

-¡Por favor, madre! ¡Este es el momento! -dijo Ryuu.

Nara se quedó pensando en la situación un momento, mientras Shikirai comenzaba a recuperar la conciencia.

-Está bien, vámonos -dijo Nara.

Ryuu tomó la mano de su madre y la sacó de la casa. En el momento en que iba a cerrar la puerta, Shikirai tomó a Ryuu de la mano y lo arrastró a la fuerza hacia dentro de la casa.

Ryuu se estrelló contra una pared mientras su padre cerraba la puerta, dejando a Nara fuera. Ella estaba conmocionada por lo que estaba sucediendo y por el peligro de una pelea entre su esposo e hijo. Desesperada, Nara rogó a Shikirai que se detuviera, tratando de hacerle ver que no era necesario llegar a esos extremos, pero él se negó y quería darle una lección a su hijo.

-¿Enserio creíste que sería así de fácil hijo? -dijo Shikirai.

-Yo sabia que no sería fácil, padre, pero ya no puedo permitir que sigas con esto. - dijo Ryuu.

Después de escuchar lo que dijo Ryuu, empieza a reírse en tono de burla.

-Y bien, ¿qué piensas hacer?,¿pegarme? -dijo Shikirai.

-Eso es exactamente lo que pienso hacer. -dijo Ryuu seriamente.

Nara por una ventana logra observar todo lo que está sucediendo en la casa, quien sigue suplicando que detengan esa locura.

Mientras tanto Ryuu y Shikirai tienen unos segundos de mirada fija.

-Veo que tienes determinación, eso es admirable. -dijo Shikirai.

-Gracias, padre, pero yo no puedo decir lo mismo de ti. -dijo Ryuu.

-¿Por tu madre?, yo solamente la trato así porque se lo merece. -dijo Shikirai.

Después de escuchar la justificación de Shikirai, Ryuu se enoja y sin pensarlo dos veces, ataca lanzando un golpe a la cara de su padre. Sin embargo, Shikirai tiene más experiencia en combate y fácilmente esquiva el golpe, devolviéndolo con un puñetazo en el estómago que deja a Ryuu arrodillado y sufriendo de dolor. Nara observa todo lo que está sucediendo mientras llora al ver a su hijo siendo golpeado sin piedad.

-¿Eso es todo lo que tienes? -dijo Shikirai, mientras se burlaba de su hijo.

Con cada burla, Ryuu se enfurecía más.

-¡Levántate! -exclamó Shikirai.

Ryuu se puso en pie y enfrentó a su padre cara a cara.

-Muy bien, así me gusta -dijo Shikirai con satisfacción.

En su mente, Ryuu comenzó a idear un plan para vencer a su padre, ya que este era más alto y más fuerte que él, lo que lo colocaba en clara desventaja. Observó su entorno y notó que podía usar algunos objetos del lugar para pelear, incluyendo un balcón que se encontraba cerca. Decidió tomarlo.

-¡¿Es enserio que pelearás de esa manera?! -dijo Shikirai riéndose.

-No eres más que una vergüenza, un hombre de verdad pelea a puño limpio. -dijo Shikirai.

Las palabras de Shikirai provocaron que Ryuu soltara el balcón y fuera a puño limpio.

A pesar de estar en desventaja, Ryuu quería demostrar de qué estaba hecho y decidió tomar ese riesgo.

Shikirai tomó el primer golpe, pero ahora Ryuu reaccionó con rapidez y logró conectar uno en la cara con eficacia, haciendo retroceder a su padre.

-Eso fue un buen golpe sin duda. -dijo Shikirai. -Pero no será suficiente.

Ambos empezaron a repartirse golpes sin piedad. En algunos momentos, la pelea parecía estar definida por parte de Shikirai, pero Ryuu lograba contratacar. Fueron varios minutos de tensión en los que Nara observó todo desde fuera.

Ryuu logra conectar un último golpe preciso, pero el cansancio lo hace caer al suelo. Su padre, Shikirai, también cae mareado por el impacto. Ryuu se siente sin fuerzas, con dificultad para respirar y dolores por todo el cuerpo. Mientras tanto, Shikirai lucha por ponerse en pie, pero cae una y otra vez, hasta que finalmente se desmaya. Ryuu se da cuenta de que su padre ha perdido el conocimiento.

Con todas sus fuerzas, Ryuu se levanta del suelo y se dirige hacia la puerta, donde su madre los espera. Al abrir la puerta, Ryuu cae de nuevo debido a la fatiga. Su madre intenta ayudarlo a levantarse, pero ella también está lastimada por los golpes. A pesar del cansancio, Ryuu persevera y logra ponerse de pie. Juntos avanzan lentamente, alejándose de la casa, dejando a Shikirai inconsciente en el suelo.

Después de un rato de caminar, Ryuu logra rentar un departamento pequeño en donde pueden vivir.

-¿De dónde conseguiste el dinero? -preguntó Nara.

-El dinero lo estuve ahorrando. Por suerte, tuve lo suficiente para el departamento, aunque solamente pude pagar un mes. Tengo que conseguir trabajo -dijo Ryuu.

Al ver cómo Ryuu se esfuerza por mantenerla a salvo, Nara rompe en llanto y se siente culpable de que esto les esté sucediendo a los dos. Ryuu se acerca y abraza a su madre para tranquilizarla.

-Te dije, madre, que haría cualquier cosa por ti. Eres mi madre y nunca te dejaría sola -dijo Ryuu para tranquilizarla.

Horas más tarde, llega la noche y Shikirai despierta recordando el golpe que le dio Ryuu. Lleno de ira, se dice a sí mismo que ese mocoso se enfrentará a él por haberlo desafiado, a pesar de que es su padre. Shikirai asegura que Ryuu y Nara pueden considerarse muertos, ya que no tendrá piedad con ninguno de los dos. Ríe de manera desquiciada mientras piensa en su plan.

Llegó la mañana siguiente y Sakura fue recibida por los estudiantes de la preparatoria de la mejor manera, como siempre. Sin embargo, al llegar al salón notó que Ryuu no estaba presente, y aunque pensó que se había retrasado, las horas pasaron y las clases terminaron sin su presencia. Esto preocupó a Sakura, ya que no tenía forma de contactar a Ryuu, así que decidió preguntarle al día siguiente. Recogió sus cosas y se dirigió a casa, sintiéndose sola y recordando la vez en que Ryuu la acompañó a su hogar, sintiéndose segura a su lado y extrañándolo.

De repente, en el camino, vio a Ryuu a lo lejos y se percató de sus moretones. Se preguntó qué habría sucedido y decidió ir a preguntarle por qué no había asistido a clases.

Próximo episodio: Una charla de amigos

Quiero ser felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora