Capítulo 9

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Resaca

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Resaca

Los rayos del sol entrando por su ventana fueron lo que lo despertaron. Su cuerpo se sentía pesado, su cabeza palpitaba y tenía la boca seca. Agarró su teléfono que milagrosamente estaba en su buro y cargando. Miro la hora y eran más del medio día.

Recordaba poco de lo que pasó la noche anterior. Recordaba reírse de las tonterías de Denki, estar tirado en la acera y ser cargado por un gorila gigante. Después todo estaba nublado y borroso.

Camino por su habitación viendo que su ropa estaba tirada por todo el piso. se dirigió hasta la cocina, quería sus bebidas energizantes y comer algo. Miró en su refri y noto que le faltaba una bebida, pero no le tomo importancia. Vio que tenía huevos, salsas, frutas y verduras. Necesitaba hacer compras urgentemente.

Sacó una manzana y una de las bebidas y se dispuso a volver a su habitación a seguir durmiendo.

— Buenos días Blasty — escuchó a sus espaldas, ni siquiera se tomó el tiempo de verificar quien era, lanzó una fuerte explosión en dirección a la voz. Esperó a que el humo se esfumara y vio claramente la imagen de un Kirishima con su quirk activado y la mano alzada.

— ¿Pero qué? ¿Qué mierda estás haciendo aquí pelos de mierda? ¿Quién te dejó entrar?

— Blasty, yo te traje aquí ayer ¿Recuerdas?

Se quedó mirándolo fijamente con la boca abierta. Su mente empezó a trabajar a mil por hora. Las imágenes de él agarrándolo de su brazo, vomitando, casi haciéndole un seudo striptease y aceptando su oferta de hablar sobre la fiesta vinieron a su cabeza de golpe causándole dolor pero más que nada vergüenza. Sintió como su cara se calentaba.

— Nop.

— ¿Seguro? Porque estas...

— Sí, estoy muy seguro, es más ya deberías irte. Ya casi es hora de comer y quede con alguien, así que adiós.

— Espera ¿qué?

— Sí, y ya debe de estar por llegar así que — dijo mientras recogía lo que suponía eran las cosas que había traído ayer.

— No alto, espera Blasty —decía Kiri tratando de hablar pero él simplemente no lo dejaba. Le entregó sus cosas y empezó a empujarlo a la salida, pero no espero que se pusiera firme contra el piso y no lo avanzara — Muy bien, alto.

— ¿Qué? Ya me cuidaste, tu trabajo está hecho. Adiós.

— No por supuesto que no, no vas a evitarlo de nuevo.

— ¿Evitar que? Nadie evita nada. Adiós. — volvió a empujarlo pero era una roca. ¿Acaso activo su quirk en sus pies?

— Prometiste que hablaríamos — maldita sea, él si recordaba todo.

— ¿Qué? ¿Hablar sobre qué?

— Sobre lo que pasó en la fiesta

— Mmm no, no lo recuerdo y si no me acuerdo, no paso.

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