22 "¿Invitados o prisioneros?"

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Madame Yu estaba furiosa cuando la carta había llegado, sin embargo no tenían otra opción, evitar problemas con los Wen era lo mejor por ahora.

Se había enterado por parte de Wei Qing de los planes de Wen Ruohan de atacar a las sectas y sabía que probablemente la suya sería la próxima.

Era mejor mantejer una guardia baja al menos hacerlos pensar que la tenían.

-A-cheng, A-ying, cuídense.

Fue lo último que escucho de la mujer antes de partir.

El sabía lo que se avecinaba y no dejaría que la familia Jiang muriera por su culpa.

Estaba dispuesto a sacrificarse.

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La secta Wen eran realmente egocéntrica, quizá algo peor.

Las armas espirituales fueron prácticamente retiradas al llegar, Wei Wuxian fue el primero en entregar su espada.

La mayoría no quería hacerlo pero al ver qué tanto Wei Wuxian y Jiang cheng, incluso Lan Wangji y Lan Xichen entregaron su espada!

Fue una sorpresa pero al ver a los gemelos jades hacerlo rápidamente dejaron de poner resistencia cediendo también.

Es lo mejor, no quiero que nadie vuelva a salir herido.

Incluso ese discipulo inútil de Su Mishan siguió el ejemplo.

Probablemente para copiar a Lan Zhan.

Luego les entregaron los trozos de papel llamados folletos con las no se cuántas reglas del clan Wen, que terrible desgracia.

-Deberan recitarlas todos los días a partir de mañana de memoria si no, bueno...

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Y así fue como al día siguiente todos estaban ahí de nuevo sin poder dormir probablemente sin tiempo de haber repasado las estúpidas reglas.

Wen Chao sonrió maliciosamente mientras admiraba a todo el grupo como si fuera su carnada, probablemente buscando a su próxima víctima.

Wei Wuxian pudo ver la mirada de Wen Chao dirigirse directamente a Lan Wangji quién se veía bastante cansado y pudo ver quizá un pequeño deje de susto en él, Wei Wuxian no dudó antes de atravesarse entre el Wen y el Lan.

Alzó la mano ofreciéndose así mismo.

Debía ser completamente idiota para ser lo único que se le ocurrió, dile al mudo que recite como 500 reglas

Wen Chao soltó una carcajada ahogada.

Repugnante, solo verlo era repugnante, había aguantado tantas las ganas de vomitar y desmembrar su cuerpo ahí mismo.

Pensó en su hijo, era lo único que lo calmaba en ese instante, debía resistir cualquier impulso, por el, por los Wen.

Solo quería volver a casa.

''Sin Voz En La oscuridad " (Wangxian)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora