☾ 𝐘𝐨𝐮𝐫 𝐩𝐥𝐚𝐲𝐠𝐫𝐨𝐮𝐧𝐝 𝐛𝐨𝐲 ☽

1.8K 96 62
                                    

▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄

— ¡Max! Lamento lo de ayer —un apenado Sergio se acercaba sonriendo incomodado—. Sé que te molestaste, pero solo bromeaba con Carlos.

— Bueno, acepto tus disculpas... ya me da más o menos igual...

   El mexicano lo miró intentando disimular el asombro por la respuesta tan inesperada. Usualmente Max se enfadaría y respondería con cosas hirientes, pero esta vez parecía indiferente.

— ¿Entonces... me dejas invitarte hoy a cenar luego de la reunión? —agregó con una sonrisa de conciliación.

— No. Como te dije, me da igual lo que sea que haya entre nosotros, porque tú nunca me respetas —bajó la mirada, estaba adolorido por las formas en las que Checo jugaba con él—. Y ya sé con lo que me vas a responder, que estas casado, tienes familia y responsabilidades, entonces sé responsable y deja de jugar conmigo.

   El neerlandés se marchó con lágrimas en sus ojos. Sergio se quedó ahí, intentando procesar por qué esta vez había sido diferente, por qué esta vez Max no había caído en su juego.

   Todo había escalado muy rápido: desde el Gran Premio de Arabia, cuando Max se acercó a felicitar a su compañero de equipo y decidieron ir a cenar entre los dos para festejar el increíble trabajo de los dos Red Bull.

   Esa noche parecía ser especial; todo brillaba muy bonito, todo parecía ocurrir a favor de los dos hombres que estaban pasando una noche muy divertida entre los dos.

— Dime, Max, ¿mañana a qué hora vas a irte?

— Depende de a qué hora me vaya a dormir —rió y su compañero sonrió de lado—, ¿por qué sonríes?

— Porquee que tal vez ambos nos iremos muy tarde mañana...

   Él quería estar con Sergio, pero Sergio lo quería ocasionalmente. Un día lo trataba como su niño especial, y al otro se iría sin explicaciones, ¿o así lo sentía él? Eso le recordaba mucho a sí mismo, Max tenía una tendencia muy fuerte a acercarse a ese tipo de relaciones porque él hacía lo mismo, pero no se daba cuenta.

— Hey, Checo, ¿ya te vas?

— Sí. Se me hace tarde.

— ¿Para qué? Creí que hoy tendríamos el día pasa nosotros dos solos...

— Tengo responsabilidades, Max. Una familia, una esposa, mis hijos... deja de comportarte como un niño caprichoso, ya nos acostamos dos veces ayer, ¿no te quedas satisfecho con nada?

   No podía evitar recordar esa mañana, la última de hecho, en la que despertaron luego de salir a cenar. Se sentía absolutamente herido por lo que le dijo, él no era un niño caprichoso, y tampoco pretendía que Checo dejase todo atrás. Solo quería pasar tiempo con él y sentirse amado por el hombre que tanto quería.

   Sacudió su cabeza y volvió a la realidad. Pasó por el baño para limpiarse el rostro que estaba ligeramente enrojecido y practicó su cara de nada para que pareciera que ninguna cosa mala le había ocurrido. Su romance con Checo, aunque rápido, no podía hacerse público. Sería un caos total.

   Tener que sentarse allí, al lado de Sergio durante una hora no se le hizo tarea fácil. Sus pensamientos le jugaban una mala pasada y solo podía pensar en él y en lo que había ocurrido.

   De pronto, sintió una mano tomar la suya por debajo de la mesa. Observó de costado a su compañero quien le había guiñado el ojo. No quiso poner resistencia, tal vez... tal vez Checo se había arrepentido de tratarlo así.

𝘽𝙤𝙮𝙨 𝙙𝙤𝙣'𝙩 𝙘𝙧𝙮 ㅡ 「𝘊𝘩𝘦𝘴𝘵𝘢𝘱𝘱𝘦𝘯」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora