𝘽𝙤𝙮𝙨 𝙙𝙤𝙣'𝙩 𝙘𝙧𝙮 ㅡ 「𝘊𝘩𝘦𝘴𝘵𝘢𝘱𝘱𝘦𝘯」

⤷ 𝟏𝐬𝐭 𝐄𝐧𝐝𝐢𝐧𝐠. ☾ 𝐖𝐡𝐞𝐧 𝐞𝐯𝐞𝐫𝐲𝐛𝐨𝐝𝐲'𝐬 𝐝𝐨𝐰𝐧, 𝐬𝐭𝐢𝐥𝐥 𝐈 𝐫𝐢𝐬𝐞 ☽

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  La habitación había sido inundada por un ensordecedor silencio de tumba. El viento movía las largas cortinas blancas, y a su vez los mechones de cabello rubio del joven neerlandés. Sus grandes ojos azules miraban casi desesperados al impasible rostro de la muchacha enfrente de él.

   Su boca se abrió ligeramente, sus pálidos labios apenas podían emitir un sonido sin sentido. Los ojos de Juliet se volvieron a los de Max, cuya mirada era tan intensa que parecía hasta dolerle.

— Max —suelta la joven, con una risita de resignación—, estoy totalmente jodida ya. Tú, sin embargo, puedes salvarte. Tienes que hacerlo.

   Él no pudo evitar que su rostro refleje la decepción y el horror de oír eso. En su mente todo había sido planeado tan al detalle, le parecía una idea increíble y no podía concebir que ella no quisiera lo mismo.

— Julie, por favor —le ruega, tomando sus manos entre las suyas—. No digas eso, todos tenemos una segunda oportunidad. Quiero darte la vida que te mereces, mi amor.

   Juliet apartó sus manos, aún mirándolo con compasión.

— Lo siento, Max. Yo ya no quiero más oportunidades, lo mío no es recuperable. Estaré todo el resto de mi vida viviendo bien, pero siendo miserable por dentro.

— Cariño, te prometo que haremos todo lo posible para recuperarte. Te acompañaré en cada sesión de terapia, iremos juntos a...

   La francesa interrumpió su palabra para besarlo desesperadamente, intentando callarlo de alguna manera. Sus dos manos sostenían de las mejillas al rubio mientras podía notar una lágrima de él rodando por sus dedos.

— Cariño, tú no sabes lo inhumano que es vivir con lo que tuve que pasar —él la miraba, rogándole con sus ojos que no se fuera—. Yo no fui hecha para vivir una vida normal... lo siento tanto, Max.

— Por favor... —alcanzó a decir en un quejido en voz baja, cerrando sus ojos ante el tacto de sus manos y sus mejillas.

— Estaré eternamente agradecida contigo, cariño. Tú me has hecho sentir todo lo que la vida me quitó siempre, pero estoy condenada. Conocerte ha sido la experiencia más hermosa que he vivido, y espero que tú también lo recuerdes así.

— Julie... te amo. Jamás podré dejar de amarte.

— Lo sé, y yo tampoco. Lo haré y te recordaré hasta el último de mis días, sin importar cuán mal esté.

   Ella finalmente caminó hacia la puerta de salida, intentando ocultar el dolor que la mataba por dentro. Él había sido su único amor y el hombre más noble y gentil que su difícil vida le había permitido conocer luego de perderlo todo.

   Pero ese era un capítulo que había que cerrar. Se despidieron debajo del umbral de la puerta para luego no volver a verse, quién supiera en cuánto tiempo...

[...]

   Las agujas del reloj daban vueltas, las páginas de los calendarios eran arrancadas a medida que las semanas y los meses pasaban. Era todo muy distinto, pero todavía se sentía familiar de alguna forma.

   Sergio ya no corría para RedBull. Desde finales del año pasado utilizó su cláusula de salida para poder firmar con otro equipo diferente. Nadie se lo hubiera esperado, pero él resolvió que era la mejor opción para su bien.

   La terapia le había ayudado más de lo que jamás hubiera imaginado. Poner su vida de vuelta en el buen rumbo lo motivaba más que nunca, y sumado al gran apoyo que tuvo de parte de su círculo cercano.