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Qué otra cosa podía esperar el neerlandés de sus relaciones que no fueran un caos tras otro.
Desde que tiene memoria, todos a su alrededor lo habían abandonado en algún punto de su infancia, ¿cómo creen que eso podría haber afectado a un joven chico que sólo quería perseguir sus sueños y ser el mejor? Max era conocido como un piloto duro e individualista, pero, ¿y si todo era una máscara para el niño herido que aún traía en su interior?
Todo eso había sido el pilar fundamental para que su identidad se formara en un entorno meramente competitivo, donde se le había enseñado que despreciar al competidor y creerse el mejor era el comportamiento de un verdadero campeón.
Los castigos por no quedar primero, las miradas de desprecio de su padre, el abandono, el "hoy te quiero pero mañana no", "si ganas, voy a quererte. Sino, eres despreciable", a pesar de que habían funcionado para que Verstappen sostuviera en sus manos dos títulos mundiales, ¿acaso Lewis Hamilton, Ayrton Senna, Sebastian Vettel (entre muchos otros), no habían logrado la gloria eterna sin haber sido criados de manera tan cruel, o comportándose mal con el resto? Detrás de esa cortina del chico fuerte, se escondía un niño aterrado por decepcionar a los que más quería.
Y sin embargo, le habían enseñado que los chicos no lloran.
Pero él no podía evitar llorar, se sentía débil por eso.
Y eso no solo se traducía a las carreras, las relaciones del chico habían sido tormentosas de principio a fin. Su padre, aunque sólo le interesaba instruir a su hijo para las carreras, de vez en cuando intentaba influir en su vida personal que ya de por sí eran la cúspide del amor tóxico.
Quizá Kelly era la única persona con la que nunca había tenido problemas, y eso era lo que precisamente había aburrido a Verstappen. Su vida se había construido sobre caos, y eso es lo que él mejor sabía manejar. El problema de las relaciones tóxicas y el por qué son tan adictivas para algunos es porque es un ciclo vicioso: se enfadan contigo, intentas solucionarlo mientras te sientes miserable y al momento perfecto, vuelven para darte ese amor que necesitas. Es una adicción como cualquier otra, y Max lo sabía muy bien.
Así que, ¿cuánto le duraría su descontento con Sergio?
— Max —suspiró el mexicano al pasar y verlo con su rostro lloroso, lo tomó de las mejillas y las acaricio suavemente—... lo siento, mi amor... me siento tan mal contigo.
— Está bien, Checo. No sé si quiero hablar de esto ahora...
— Claro, sí... lo siento por haber venido sin avisarte.
— Bueno, ahora ya estás aquí —se moría por dentro por decirle a Sergio lo que sentía, y lo que no quería que él le siguiera diciendo, pero no podía. Hablar de eso lo destrozaría, tal vez no era el momento—. ¿Quieres un té?
— Sí, estaría bien —respondió quitándose su abrigo, tomando asiento en el sofá junto a la chimenea.
Max suspiró. Estaba cansado y no quería seguir sufriendo, pero tenía miedo de expresar su descontento con Checo por el miedo a que este lo menospreciara.
— Aquí tienes, le puse miel porque olvidé de reponer el azúcar —le alcanzó la taza de té y se sentó a su lado.
— Me enteré de que volviste con tu ex, ¿cómo va todo? —oírlo como si le pareciera normal, como si no le importara que se fuera con otra persona, no le hacía mejor.
— No volví con nadie. Solo quería un poco de apoyo después de cómo me trataste —bufó entre dientes, apartando su cabeza de lado.
— Quería venir para hablar de eso...
— Sí, tal vez yo también tenga mucho para decir, ¿sabes? A la mierda, te voy a decir todo lo que tengo para decirte —se apartó para poder verlo directamente al rostro—. No me gusta que coquetees con otros, tampoco me gusta que te alejes de mí porque sí. Entiendo que tú tienes familia y responsabilidades, pero yo también merezco un poco de atención. Y se supone que a mí me amas de verdad.
— Bien, Max. Entonces aclararemos todo de una vez. Tú eres mi amante, y mi compañero. No voy a tontear más con otras personas si te hace sentir así —tomó las manos del más joven y pronto lo tenía recostado sobre su pecho.
— ¿Te costaba tanto darte cuenta de que eso es lo que te venía pidiendo desde hace días?
— Pero... creo que necesitas hacer un poco más de autocrítica. La razón por la que estaba coqueteando con Carlos es porque tú el día anterior me habías dicho que no querías verme más por un tweet que puse sobre la carrera de Australia e imaginé que era cierto así que simplemente estaba de bromas con él —le explicó calmadamente—. Luego volviste reclamándome una disculpa y te enojaste porque me viste riendo con Carlos. Cuando estuvimos esa noche juntos en Arabia, querías que me quedara contigo otro día más pero no podía hacerlo.
Hubo silencio cuando Sergio dejó de hablar. Al chico no le gustaba oír que no todo era culpa de su novio, sino que era responsable también de los problemas. Max no quería oírlo más, solo quería irse a dormir.
— Tienes razón Checo, lo siento... no sé por qué insistes en estar conmigo cuando me comporto como un niño inmaduro —replicó hundiendo su rostro aun más sobre el pecho del mexicano.
— Porque te amo, ¿cuántas veces debo demostrártelo? —mientras terminaba su té, revolvía los rubios cabellos de su compañero— Necesitas descansar, todo esto se aclara más cuando duermes. Hoy puedo quedarme contigo, si es lo que quieres.
Asintió con su cabeza y ambos fueron a la habitación después de que Max apagara la chimenea y las luces del resto de la casa. Saltó entre las sábanas y se acurrucó debajo de ellas, intentando buscar el punto más cálido.
Checo lo siguió y se quitó sus pantalones para poder dormir más a gusto. Se sentía responsable al ver a su novio tan triste y confundido con lo que decía y por cómo actuaba. Apagaron las luces y se acercó a él para abrazarlo por la espalda y presionando su cuerpo contra el suyo.
— Tal vez creas que sí, pero nunca voy a aburrirme de tí, pequeño —le susurró el mayor erizándole los cabellos—. Cuéntame todo lo que no te gusta, no te guardes cosas para tí. Quiero ser el hombre que te haga feliz, no el que recuerdes con rencor.
No estaba tan acostumbrado a oír esas palabras de apoyo y sinceridad de alguien como su pareja. Lo hacían a Max sentirse cómodo y amado de nuevo, en un punto donde su corazón lo necesitaba demasiado. Checo Pérez era la droga más adictiva para Max Verstappen.
— Arréglame, quiero ser alguien normal —dijo de manera casi inaudible para su pareja—. Intentaré hacerlo, cariño. Simplemente, me aterra que me dejes solo. Eres maravilloso, no quiero ni pensar en perderte.
Sergio se estiró para poder verlo luego de que dijera eso. Le dijo: "intenta alejarme de tí, veras que será imposible", y le plantó un suave y reconfortante beso en sus cálidos labios.
Poco sabrían ambos que tal vez esto se trataba de la calma antes de la tormenta.
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Ojalá les haya gustado este segundo capítulo 💜 todavía estamos en la etapa de transición y puesta en escena de la historia, así que a partir del tercer capítulo ya comenzaré a desarrollar el resto. Nos vemos 💜
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𝘽𝙤𝙮𝙨 𝙙𝙤𝙣'𝙩 𝙘𝙧𝙮 ㅡ 「𝘊𝘩𝘦𝘴𝘵𝘢𝘱𝘱𝘦𝘯」
Fiksi PenggemarMax comienza a vivir una etapa de su vida donde puede notar los estragos que su dura infancia le dejó. Sus relaciones se vuelven cada vez más tormentosas, involucrando a mucha gente en el medio. Checo es un hombre ya establecido, pero que no pud...