Confieso

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Mi vida era una canción triste en repetición. Me faltó pasión. Me faltó ambición. Lo único que me mantuvo en marcha fue la idea del amor que había imaginado. Incontables veces me decepcionaron y me dejaron destrozado. Estaba vacía esperando que alguien derramara su amor, inspiración y dicha en mí. El amor propio fue un rompecabezas que dejé sin terminar porque perseguir el amor de los demás me dio un consuelo temporal.
Era adicta a sentirme deseada y ese momento de debilidad de la lujuria me mantuvo en marcha.
Tal vez estaba acostumbrada a que me usaran y me dejaran sola. Tal vez la soledad fue toda mi historia mal contada. Estaba completamente fuera de mí, la visión que había planeado ya no existía porque cuando llegaba alguien que se sentía bien, me convertía en un fantasma antes de que pudiera ser algo real. Tenía miedo de la fantasía. Tenía miedo de que pudiera ser amada de la forma en que siempre quise serlo.

Frases de un corazón sanando Donde viven las historias. Descúbrelo ahora