I. Kai

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Noches lluviosas de verano en las que las ganas de quedarse despierto mirando el agua caer sobran, así habían sido las noches desde que estábamos con Kai en esa cabaña. Había sonado como buena idea el salir de vacaciones días atrás pero ahora no sé si tanto, no habíamos podido escalar como queríamos o hacer algo fuera pero en cierta manera había logrado una cercanía con mi acompañante que en otra ocasión no hubiera sido posible, teníamos chistes que sólo ambos entendíamos y los silencios no eran incómodos, ambos sentíamos esa calidez que no sabíamos que se podía llegar a tener con alguien en tan poco tiempo.

Reposaba mi cuerpo en el sofá mientras observaba la lluvia tras la ventana, había bajado la temperatura pero Jongin seguía por allí sin remera sin embargo yo estaba con una camiseta un poco más larga. El moreno se sentó en el lado vacío del sofá y con un quejido expresó su aburrimiento, había llovido todo el día así que casi no habíamos salido  y los juegos de mesa sabían a poco ya, le miré tratando de buscar algo en mi mente para hacer.

No había una respuesta sólida al respecto pero mi vista se perdió por el abdomen del chico, nunca lo había visto en detalle pero era agradable y marcado, por inercia corrí la vista de allí. Había habido un poco de tensión de ese tipo entre nosotros pero no hacíamos nada luego de una simple mirada o roce así que simplemente devolví mi vista a la ventana sin poder quitarme la idea de la mente.

— Lu... —Me llamó en un tono bajo acercándose un poco hacia donde estaba.

— Dime. —Me giré con poco cuidado y sin darme cuenta estábamos a pocos centímetros uno del otro, quise tirarme hacia atrás pero su mirar me cautivó.

Su mirada se quedó en la mía pero en mi caso me encontraba mirando sus labios, lucían algo hinchados y el rosado de estos me estaba llamando a morderlos. Había leído mis intenciones al respecto, se inclinó un poco más hasta que sus labios tocaran los míos y con suavidad comenzó un beso mientras se acomodaba de mejor manera, sentía su respiración unirse con la mía a la vez que yo me acomodaba sobre él, solía ser rápido y ágil para esas cosas. Las manos de Kai se posaron sobre mis glúteos apretando éstos a medida que el beso aumentaba de intensidad, mis manos en cambio estaban en du cabello, bajando por sus hombros y siguiendo hasta su pecho, la piel de ese hombre era fascinante.

Aproveché la posición para comenzar un movimiento lento de cadera, rozando su entrepierna con mi trasero. Un quejido salió de los labios del chico haciéndome saber que estaba haciéndolo bien, sonreí orgulloso de ello e hice un poco más de presión, allí estaba el famoso bulto que estaba buscando y aunque estas vacaciones no hubieran tenido este fin, no me quejaba de tener a Jongin de esta manera. El moreno con suma confianza en sí mismo y en lo que hacía, desprendió mi pantalón y con mi ayuda pudo sacarlo, prosiguió posando su mano en mi entrepierna, unas caricias y apretones bastaron para hacer que despertara también; estaba orgulloso de llevar la situación por donde quería y se le notaba con sólo mirarlo. Sus labios abandonaron los míos para continuar por mi cuello, besando éste en toda su extensión y seguir el camino hasta mis pezones los cual atendió cuidadosamente, robando varios gemidos de mi boca, era un experto en ello.

En pocos minutos la ropa había dejado de ser un problema para ambos, ni siquiera recordábamos como es que era nuestra relación hacía un momento atrás, no importaba cuando la estábamos pasando tan bien juntos. Envolví su cuello con mis brazos posando mi mirada en la suya, dejé una pequeña mordida en su labio inferior antes de un beso necesitado, me concentré en ello mientras que él se acomodaba para que pudiera montarlo de una vez por todas, ya en posición le pedí en un suspiro que me preparara para él. Se separó un momento para lubricar con saliva tres de sus dedos y de esa forma volver al beso mientras que trabajaba allí debajo con sus dedos, eran finos y largos, los sentía demasiado bien pero dolían un poco cuando estaban los tres. Fue así hasta que mi cuerpo pudo acostumbrarse a la sensación, cuando empecé a moverme en busca de más supo perfectamente que ya era momento, mantuvo el beso entre ambos para que no hiciera tanto ruido al entrar y agradecía que fuera así porque al sentirlo sentí como ardía cada espacio de ese lugar, no había comparación con sus dedos y eso, eran dimensiones tan diferentes. Joder, dolía pero quería sentirlo más profundo y mejor por lo que mi cadera comenzó a moverse contra él lentamente, quería gemir su nombre de una vez por todas; tiré mi cabeza hacia atrás soltando aquellos sonidos que tenía guardados, fui moviéndome más rápido. Sentía como la sensación de placer superaba cualquiera de dolor, estaba siendo rápido pero muy precavido en mis movimientos, sólo bastó un poco para que diera en mi punto débil haciéndome estremecer, desde ese punto la habitación era un continuo conjunto de sonidos y quejidos hasta que ambos pudimos llegar al clímax deseado.

Tal vez ya no sólo veríamos la lluvia de ahora en adelante.

El diario de una pasiva [LuHan & Exo] Editando Donde viven las historias. Descúbrelo ahora