𝐁𝐥𝐮𝐞

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Irumi tenia su rostro cansando en las teclas del piano.

Purson estaba tirado en el suelo con su respiración acelerada por el cansancio.

Faltada algunos días para el festival de música y aun no salía a la perfección la melodía.

Estaban cansados, exhaustos, hambrientos, al punto que casi no sentían sus manos.

Hoy estaban en el Royal One y ya había anochecido.

- Si quieres puedes irte a casa Purson-kun yo practicare un poco mas no te preocupes

Purson asintió con la cabeza y salió del Royal One para ir a descansar a su casa mientras que Irumi estaba en el piano intentado tocar la pieza una vez más pero no salía.

- Porque cada vez que lo intento la imagino comiendo - Irumi respondió con lágrimas imaginarias en sus ojos cansados.

- Déjame ayudarte Iru-girl - Ali respondió enfrente de ella - Se cómo hacer para que toques la melodía a la perfección.

- Enserio Ali-san - Irumi con estrellas en los ojos miro al espirito del anillo.

- Sip - dijo Ali guiñando su único ojo

- Entonces hagámonos Ali-san - Irumi dijo con una mirada decidida.

Al dia siguiente toda la clase anormal estaba en la sala de música.

- Al fin llegó el momento del ensayo - Lied respondió mientras se rascaba el lado derecho de su cuello.

- ¡El piano de Irumi-chi será divertido! - dijo Clara imaginándose a Irumi con un traje de payaso.

- ¡Sera esplendido como siempre, por supuesto! - Esta vez Azz dijo pero imaginando a Irumi con usando un elegante vestido.

- ¡Oh, ahí está el equipo de música! - respondió Jazz

Cuando todos voltearon a mirar a Irumi quedaron congelados.

- Gracias por esperar - Irumi dijo con una voz tranquila y seductora. Detrás de ella se encontrada Purson vestido con un esmoquin negro y tenía agarrado un ramo de rosas. Con un Kalego con cara de "Esto es necesario".

Pero lo que realmente les sorprendió fue la forma en la que estaba vestida.

Irumi llevada un hermoso y ajustado vestido rojo escarlata que saltada cada parte de sus hermosas curvas y en la parte de arriba en su escote ajustado que apretada su gran busto. Sus manos vestían unos largos guantes del mismo color. Su cabello largo estaba rizado que parecía una cascada azulada. En su rostro tenía un velo que lo cubría decorado con rosas del ramo.

En otras palabras estaban viendo a la mismísima Lilith en persona.

- Oh querido Eter, si esto es un sueño por favor no me hagas despertar nunca - Es lo que pensaron todos los anormales que tenían su rostros sonrojados a mas no poder.