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-"Ave María

hijos de la madre tierra

Nuevamente nos mira protectoramente

cuando es el cumpleaños del niño

soy una personita insegura

pido una bendicion"-

-¡¡¡Aghh!!!- gritos ahogados se escuchaban por toda la capilla ya vacía.

-¡Silencio!- la voz gruesa hizo temblar al chico haciendo que soltara gritos silenciosos mientras su cara era empapada de lágrimas.

-¿Lo estás disfrutando?- dijo nuevamente esa voz pero ahora con un tono más suave, el chico negó rápidamente sin pensar- ¿Entonces porque estás tan húmedo, Hunter?- jalo del cabello al rubio, viendo su cara roja y llena de lágrimas, Philip mentiría si dijera que no le agradaba eso, ver llorar al más débil, ver llorar a su sobrino.

-Por favor, para...-suplicaba, eso no lo detuvo, lo alentó a seguir asiendolo, Hunter no podía más, le temblaban las piernas, se odiaba en ese instante, lo odiaba a él. Miro al frente, mirando con detenimiento aquella cruz en la pared.

-"Perdón, perdón, perdón"- rogaba que lo perdonará, ya no quería esto, ya no.

Enojado y entristecido el chico sintió una sensación rara en él, no sabía que era o nombrarla, pero le hacía sentir mejor.

-¿Que haces, insolente?- Hunter lo había empujado, pero no al punto de tirarlo, sus ojos estaban muy abiertos cosa que no entendía Hunter, parecía estar asustado, por primera vez Hunter podía observar el miedo en sus ojos mientras el hombre se persinaba con el rosario que traía en la muñeca.

Sin más que hacer, Hunter agarro el cáliz y con fuerza le pego en la cabeza, haciendo saltar un poco de sangre en su rostro.

-¡Ayudaaa!- gritaba Philip tratando de huir pero fue en vano, Hunter lo empezó a golpear repetitivamente en la nuca.

-¡Ya no quiero! ¡Ya no quiero! ¡Ya no quiero!- le gritaba repetitivamente mientras lo golpeaba sin parar, manchandose de sangre. El sonido del cáliz golpeando el cráneo de su tío se volvió un chapoteo.

-Dios mío... ¿Que hice?- soltó el cáliz rápidamente mientras se tapaba la boca, está impactado por la brutalidad de la escena, la sangre se esparcía rápidamente mientras el cráneo de su tío pareciera inexistente.

9 años después...

-Del nombre del padre, del hijo y del espíritu Santo, amén- todos volvieron a levantar la mirada pero está vez para retirarse de la iglesia.

-Adiós, padre- se despedían algunas personas siendo correspondidas con una pequeña sonrisa y un movimiento de cabeza.

-No olviden venir a la comida del Domingo- decía sin quitar su sonrisa, suspiro unos segundo para después volver a entrar a la iglesia.

Era un poco tarde, ya pasaban de las  21:00 p.m. , sin importarle mucho decidió todavía no cerrar las puertas, aparte de que cerraban a las 23:00 p.m. decidió ir al pequeño cuarto a lado del altar, agarro un libro de la mesa y sin más se puso a leer quedándose dormido encima del libro.

Pasos de tacones retumbaban las paredes haciendo despertar a Hunter quién al darse cuenta de que se había quedado dormido se apresuró a ver la hora 22:37p.m. suspiro con alivio acomodándose un poco la ropa para salir a ver qué necesitaba la mujer que no paraba de hacer ese ruido.

Cundo salió a mirar no pudo ver nada así que decidió revisar hasta que encontró el lugar de dónde provenía el confesionario, soltó un suspiro de alivio y entro al pequeño cuarto de confesiones.

-Ave Maria purisima- una voz que parecía de una joven saludo

-Sin pecado concebida- contesto Hunter

-En el nombre del padre del hijo del espíritu Santo-

-El señor este en tu corazón para que te puedas arrepentir y confesar humildemente tus pecados-

-Padre, he pecado por amor- soltó no sorprendiendo a Hunter, se escuchaba joven, más o menos de su edad, no le sorprendería que se hubiera escapado con su novio o hubiera hecho algo indebido con el

-Cuentame, ¿que haz hecho?-

-Me he entregado a alguien por amor- contesto

- ¿Han tenido relaciones?- no recibió respuesta hasta después de unos segundos

-Si, me he entregado por completo pero también por su amor- contestaba con melancolia

- ¿Por su amor?- pregunto confundido

-Por su amor- contesto sin pensarlo con la misma tristeza de antes

-¿Qué más a pasado?- pregunto

- Después de eso no volví a ser la misma, me convertí en alguien más, me convertí en lo que soy ahora- esto lo confundía pero era parte de esto, de ayudar a las personas

-¿Algo más?- preguntó después de una pausa

-Padre, ¿usted cree en los demonios?- pregunto, era raro que se desviaran del tema pero decidió responder

-Sí-

-¿Sabe de que se alimentan?- esa pregunta le hizo tocar cabeza, no lo sabía con certeza, solo sabía un poco por los libros que leía pero jamás se pudo confirmar eso

-Una noche...- interrumpio sus pensamientos- Escuchaba a alguien gritar por ayuda, lloraba desconsoladamente por las noches- contaban con tristeza- Yo lo veía, y observaba cómo era dañado por su tío - Hunter se tenso, sabía que nadie sabía eso, no podía ser el, debía de ser otra persona- Un día al ver cómo dañaban al pobre chico lo ayude.

-¿Co...cómo lo ayudaste?- los nervios se apoderaban de su cuerpo, pasaron segundos o hasta minutos y todavía no había respuesta, cuando iba a salir de ese cuarto contesto.

-Matando a su tío- al escuchar eso sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo, con miedo corrió de ahí

-Dios te salve Maria, llena eres de gracia...- rezaba en voz baja, mientras agarraba el crucifijo con fuerza.

-No te haré daño- alguien le había susurrado al oído, rápidamente se volteo y pudo encontrarse con la que parecía ser la chica del confesionario.

Era más baja que el pero con los tacones le llegaba a la altura, una gabardina negra, un sombrero que tapaba su rostro que fácilmente desparecieron ahora dejando ver su cuerpo casi desnudo, de su boca se podía apreciar un par de colmillos y de su cabeza salían un par de cuernos, esto espanto aún más a Hunter quién negaba con desespero.

-Hunter- caminaba a el hasta quedar al frente de el- Despierta- susurro nuevamente al oído, despertando rápidamente por el mismo sonido de los tacones. Con un crucifijo en mano salió al confeccionarlo y con un poco de miedo abrió la puerta del otro lado del cuarto.

- ¡Santa María madre de dios!- grito mientras se protegía con el crucifijo

-¿Esta bien?- pregunto la chica que al parecer se confesaria o ya no.

-Lo...lo siento- se disculpo muy avergonzado.

-No se preocupe, es mejor irme- tomo su bolso y con el mismo sonido de tacones se marchó dejando a Hunter desconcertado por lo sucedido

Oh Dios mio... (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora