humo negro y sus peligroso de la noche

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"¡Qué calor!" exclamo al ver a un vendedor ambulante.

"De cocos fríos. Qué bien," digo. "Un coco no haría mal."

Apago la moto y me dirijo a pie hacia él para comprar un coco bien frío. Dirijo el líquido a la comisura de mis labios, sintiendo la sensación de felicidad al tomar algo bien frío. Ahhh, suspiro antes de regresar hacia la moto. 

Pero unos gritos repentinos me asustaron. Dirigí mi vista hacia donde se escuchaban ruidos muy extraños, y para mi sorpresa, una especie de humo negro emergía del suelo. En él, se percibían voces ininteligibles. Simultáneamente, en la otra dirección, comenzó a propagarse el miedo y el pánico, envolviendo a todos en un temor unánime. Como reacción automática, la multitud entera se lanzó corriendo en la dirección opuesta al humo, buscando escapar de lo desconocido.

En medio del caos repentino, la calidez del día se tornó en un calor sofocante que parecía presagiar un acontecimiento inminente. Mis pasos rápidos resonaban en el pavimento, fusionándose con los gritos aterrados de la multitud que corría en todas direcciones. El vendedor ambulante, olvidado en el vértigo del momento, dejó caer sus cocos fríos mientras la confusión se apoderaba del escenario.

—¡Vamos, vamos, rápido! —grité para animarme, aunque la realidad era que no tenía idea de lo que estaba sucediendo.

El humo negro, denso y ominoso, continuaba elevándose desde el suelo, y las voces ininteligibles que se filtraban desde su interior aumentaban la ansiedad general. Mi mente se debatía entre la curiosidad y el instinto de supervivencia, pero la decisión quedó eclipsada por la urgencia de alejarme de lo desconocido.

Corrí en la dirección opuesta al humo, junto con la multitud que huía del extraño fenómeno. Los niños del autobús escolar, antes llenos de risas y alegría, ahora se aferraban a sus mochilas mientras corrían con el mismo pánico que los adultos. En el multitud, me encontré con rostros desconocidos, cada uno reflejando la misma incertidumbre y temor.

De repente, un estruendo resonó en el aire, y un destello de luz iluminó el cielo. Al mirar hacia atrás, pude distinguir la fuente del humo negro: una grieta que se había abierto en el suelo, liberando algo desconocido y aterrador. La realidad se desdibujaba ante mis ojos mientras intentaba asimilar la magnitud de lo que estaba ocurriendo.

Sin rumbo fijo, continué corriendo, guiado por el instinto de supervivencia. ¿Era un fenómeno natural, un experimento fallido o algo más allá de la comprensión humana? Mientras la ciudad se sumía en el caos, me di cuenta de que estábamos en el umbral de lo inexplorado, enfrentándonos a un destino incierto que desafiaba toda lógica y explicación conocida.

"Para nuestra sorpresa, el humo se mantuvo allí todo ese tiempo, hasta que, llenos de miedo, un grupo grande de personas llegamos a una parte de la ciudad donde los edificios y la gente no sabían lo que habíamos presenciado. Pero lo que están a punto de ver cambiaría la lógica de lo desconocido. Aquella cosa empezó a surgir del asfalto de dicha ciudad. La forma que comenzaron a adquirir se asemejaba a un esqueleto gigante de humo negro y retorcido. Las voces que brotaban de ella eran aterradoras, guturales y ensordecedoras, como si vinieran de las profundidades del inframundo. Sus ojos, destellaban un brillo infernal, parpadeando con una luz mortecina que congelaba el alma. El sentimiento de pánico y miedo se volvió palpable, pesado, como si el aire mismo se llenara de presagios funestos. Las personas, en un intento desesperado por aferrarse a la realidad, sacaron sus celulares temblando al presenciar tan abominable de la  criatura. El sol se ocultaba rápidamente tras los edificios, sumiendo la escena en una oscuridad aún más ominosa."

"Una persona cercana a la criatura quiso acercarse más, pero esta se mantenía inmóvil mientras el sol se ocultaba."

"Una persona cercana a la criatura quiso acercarse más, pero esta se mantenía inmóvil mientras el sol se ocultaba. Las personas pensaron que era amigable por no hacerle nada a aquel hombre, mas el sol se

ocultó totalmente y la criatura sujetó a aquel hombre y sus ojos se encontraron con los suyos. Esa persona empezó a gritar de sufrimiento mientras sus huesos y piel empezaron a secarse hasta quedar seco en su totalidad. La gente empezó a gritar del miedo y pánico; muchos quedaron en shock y otros, como yo, no esperamos para correr por nuestras vidas.

Pero aquella escena no era la única: los gritos de la ciudad empezaron a escucharse por doquier, ya que las criaturas aparecían en muchas direcciones. No obstante, un grupo de personas,

entre las que me encontraba, decidimos entrar a un centro comercial cercano." 

Lo cual. Pensába que era seguro

Pero al final.   Fue un gran error....

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⏰ Última actualización: Aug 27, 2024 ⏰

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