La persona que entró en la habitación era lo que parecía ser un chico de mi edad, tenia el cabello pelirrojo y los ojos marrones, me miró discretamente y le pidió amablemente al señor que se marchase de la habitación.
Tras ello dio una vuelta considerable por toda la habitación hasta sentarse en la cama donde yo estaba "dormida". Me miró, cogió aire y entonces me dijo.
-No hace falta que finjas, sé que estas despierta.
Yo no le di respuesta ninguna, tenía que seguir pareciendo que dormía, no estaba lista para afrontar el tipo de conversación que se podría llegar a generar entre yo y este chico.
Volvió a insistirme diciéndome que si que estaba despierta, una y otra vez hasta llegados al punto de que no me quedó mas remedio que decirle que tenía razón y despertarme realmente.
-Vale si, estoy despierta. -Te ha costado admitirlo -Bueno, entiende que después de despertare completamente aturdida en una casa que no conozco y ver a dos hombres que no conozco en una habitación conmigo no sea de lo mas emocionante. -Tienes razón, empecemos de cero. Buenos días. Mi nombre es Jack -Vaya, ese nombre muy Español no es. -No, mi familia es Irlandesa. ¿Como te llamas tú? -Olivia. -Ah, imagino que debes ser tu la que viene del orfanato pues. Esperábamos tu llegada -Imagino que esa soy yo si. Pero si esperabais mi llegada, ¿porque nadie abrió la puerta? -Verás, nuestro casero, Fernando no confía mucho en la gente y no le gusta abrir la puerta a las personas que parecen recién salidas del estomago de una ballena -¡Vine caminando desde la estación en una tormenta!-Ya lo vi.
Le mire completamente sorprendida, ¿como puede ser alguien tan poco empático? A ver, imagino que tiene todo el derecho del mundo a quedarse sorprendido al verme llegar a dicha casa en esas condiciones, pero el tiempo no me lo puso nada fácil.
-Vale, creo que he sido un poco duro contigo. -Un poco. -Bueno que te parece si para arreglarlo cuando te encuentres mejor te enseño mi humilde casa. Hasta entonces le diré a Carmen que te prepare algo de comer, llevas por lo que sé desde ayer sin comer nada y tu cuerpo necesita nutrientes. -Gracias -Mi madre subirá de aquí poco para ver como te encuentras. Se llama Ana. -Vale, haré todo lo posible para agradarle. -No tendrás que preocuparte por eso, te aseguro que le vas a encantar.
Y tras ello, salió de la habitación.
¿Porque iba a encantarle yo a la madre? No tenía nada especial ni nada fuera de lo común, al final era una persona igual a cualquier otra, probablemente con mucha menos cultura de lo normal, pero por lo demás cero diferencias.
Me decidí a intentar levantarme, llevaba bastante tiempo dormida sin poder estirar las piernas, y estaba mas que acostumbrada a moverme constantemente. Miré con mas énfasis lo precioso que era el papel de la pared, cada centímetro era diferente, podías pasarte horas contemplando esas bellas flores, tal vez era demasiado rosa para mi gusto pero sin duda, algo precioso.
Observé la preciosa mesita de noche, tenía 4 libros, durante mi infancia nunca había tenido la oportunidad de leer mucho, ya sea porque no tenía el tiempo suficiente o porque en el orfanato no había muchos libros por ahí, pero tal vez este fuese un nuevo pasatiempo para mi, quien sabe, tal vez me apasione el mundo al que te pueden llevar los libros.
Caminé por la pequeña habitación, por lo grande que parecía la casa por fuera, esta habitación era realmente pequeña, quitando el hecho de que tuviese un vestuario, una habitación adosada, con armarios llenos de ropa, ordenada por colores, azul, verde, rosa, amarillo, blanco, negro y rosa, mucho rosa, creo que el rosa me va a ha acabar gustando y todo porque estoy totalmente rodeada por el. La colección de bolsos era inmensa, al igual que la colección de bolsos, nunca había tenido un bolso en mi vida, y ahora tendría todos estos, uno para cada día del mes. Estaba diciendo tonterías, ni tan solo sabía si toda esa ropa iba a ser para mi, ni tan solo sabía si esa sería mi habitación, o si Ana querría que me quedase aquí después de la entrada tan triunfal que hice en la casa, pero no podía evitar desear que todo eso fuese mío, no podría evitar desear que esta nueva vida me esperase, llena de posibilidades, llena de opciones nuevas y nuevos caminos que tomar. Era todo lo que había deseado desde que era pequeña, nuevas oportunidades.
Me acerque a la puerta que había al final de la extensa habitación llena de ropa, la abrí, y dentro me encontré con un baño, enorme. Un espejo nada mas abrir la puerta, con dos lavabos, y una sección en la parte derecha con una silla que parecía extremadamente cómoda. A la izquierda estaba la enorme ducha, con grifos por todos lados, y una alcachofa con muchas opciones aparentes, tal vez demasiadas. El retrete no tenía nada especial. Pero en la parte derecha de la habitación había la bañera mas preciosa que he visto en toda mi vida. No era una bañera convencional anclada a la pared, no, esta se encontraba separada, con los bordes en tonos dorados, y con una forma perfecta para tumbarte y pasarse horas allí recostada, sin hacer nada mas que leer un libro.
Desde muy pequeña había vivido en habitaciones compartidas, baños compartidos y hasta ideas compartidas, y ahora me encontraba en medio de este paraíso, con privacidad. Me sumergí en el mar de posibilidades, hasta que me sorprendió una voz que provenía de la habitación
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La habitación
Romance¿Te imaginas que tras vivir en un orfanato durante 19 años, eres mandada a una enorme mansión con un chico en el que no confías y con una habitación en la que no te dejan entrar? Pues así es la vida de Olivia.