Prólogo

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El rostro sonrosado de la menor era totalmente un espectáculo para ella, aunque por mantener los ojos cerrados y su atención en sus acciones no la dejaban disfrutar mucho la vista, pero todo valía la pena, Merlina esperó toda una eternidad para que este momento caluroso con su omega sea dado que no sabe cual de sus dos cabezas debería usar en esta habitación.

Ella siente el paraíso en sus labios mientras impactaba con su piel suavemente.

El aleteo en el estómago, su vergüenza yendo a un drenaje, al no tener pudor ni razón de que ahorita mismo se hallen en casa de su novia para supuestamente ver una película. A la Addams no le importaba, solo seguir tomando a su bebé con un estilo de pasión indomable era su preciado lujo del presente. 

Pero.

Al parecer se olvidó de que tipo de omega se trata su bebé.

─ ¡A-ah! ¡Mer!─ chilla la pelirubia al sentir los labios contrarios tomar un rumbo por debajo del mentón, casi en el cuello.─ ¡Merlina!

Oh, vaya.

La alfa para en seco, subiendo la cabeza para verificar no haberle hecho daño a su omega, mirándola tan preocupada como si su alma dependiera de un hilo muy delgado.

─ ¿Qué pasó, Niddie?─pregunta con un tono sorprendentemente tan suave y alarmado. La mayoría de veces ella describía su voz como una gélida si se trata de usarla con el resto, pero para la rubia, le salía dulce y serena.

Merlina se queda confundida al momento en que Enid abre lentamente los ojos, mostrando esa figura de un gatito pequeño enojón , tomando contacto visual directo, y luego haciendo un puchero.

─ Se supone que veríamos películas... ─reprocha en un murmuro con las mejillas sonrosadas, en parte esa sí era la razón. Merlina suspira algo aliviada, aunque un poco decepcionada, estaba tan cerca... como las otras treinta y cuatro veces.

Sí, ella las contaba.

─ Bueno, al menos solo era eso.─ habla para sí misma acomodándose otra vez en el costado de la omega. Hoy no será el día.Enid deladea su cabeza y toma una bocanada de aire con el propósito de seguir continuando la película de princesas que se habían dispuesto a ver al principio, sin embargo, esta lanza un dramático grito de horror al visualizar el pase de los créditos en un fondo negrusco, cayendo en cuenta que no apretó el cuadradito que significa "stop" en el momento debido.

─ ¡Por culpa de hacer esas cosas raras no ví la parte en donde Tiana se convierte en humana! ─lloriquea la omega.─¡Has destruido MI infancia!

Ella regaña y Enid se encoge un poco en su sitio.

─ Pero Niddie, ya has visto esa película millones de veces, ya te sabes esas partes derecho y al revés─ se intenta excusar la azabache.─, además no es cosa del otro mundo tener se-

Rápidamente, Merlina siente una mano en su boca, y de soslayo, una Enid con las mejillas ceñidas del rojo más fuerte que haya visto sosteniendo con sus palmas los labios de la alfa, que arquea una ceja cruzándose de brazos, desorientada.

La pelinegra abulta los labios aunque su novia no los vea por la mordaza carnal que la cubría, solo con Enid hacía esas acciones bajas, los demás ni en sus sueños atisbaran a una Merlina Addams con un puchero.

No, no.

─ ¿dbije adlgdo mabdo?─intenta hablar bajo la mano que la cubría. La pelirubia niega.─ ¿ebntonbcesb nobtebgusbtob?

Lo ultimo suena desanimado. Enid frunce el pequeño ceño levemente, claro que sí le gustaba las sensaciones que le transmitió la alfa en momentos anteriores. Solo que se trataba de otra cosa, algo como desconfianza.

Estaba segura de que más allá de la vergüenza, Merlina creía que se trataba de su inocencia el hecho que la impide llegar a realizar el segundo paso de la relación, ya que sería su primera vez. No obstante, era todo lo contrario, Enid sabía perfectamente conllevar temas sexuales, sabía que esos besos en el cuello que le ofreció su novia iban a bajar poco a poco hasta llegar 'ahí'.

Y a decir verdad, Enid le teme algo a ser... ser "lastimada" en esa zona por la rudeza del momento. El día en que su hermano mayor, Astley Sinclair , regresó a casa luego de que este haya pasado su celo con su novio, y acompañado de una novedosa marca que representaba el reclamo de un alfa, le forzó a contarle con detalles sobre la famosa experiencia.

Incluso si el pobre Astley se hallaba ese día muy adolorido, este no demoró en narrar cada suceso para que lo deje descansar. La pelirubia juraba que llegó a explicarle las posiciones que tomaron Micah y él, quedando de acuerdo en que todas eran dolorosas y extrañas, muy excéntricas para su persona.

Niega con la cabeza, sacándose esas ideas.

─ Solo quería verla─ demanda apagando la pantalla para regresarla en televisión por cable normal. Tira el control por la mesita de su lado y apoya la cabeza por el plano pecho de su alfa, Enid presiente calidez, y los latidos contrarios en su oído.─. Mer...

─ ¿Uhm?

─ ¿Me amas mucho?─pregunta levantando sus ojos en dirección a la pelinegra. Merlina esboza una sonrisa enternecida y le da un beso en la frente con mucho cariño.

─ Es obvio que te amo, Niddie, tanto que moriría por ti─ contesta sin titubear. La pelirubia abre los ojos con demasía y le tira un golpe sonoro en el hombro─. ¡Auch! ¡¿Y eso!?

─ ¡Es por decir que morirías por mi! ─reprochó.─. Tú no vas a morir Mer, jamás lo harás, es más, eres inmortal, o más te vale serlo o no te vuelvo a hablar en tu vida y encima lloro.

Intenta amenazarla fulminándola con los ojos para luego cruzarse de brazos y la alfa los tuerce con un poco de miedo.

─ L-lo que tú digas, bebé.

Porque sí, Enid a pesar de todo era la bebé de Merlina. Aunque la azabache se trate de una celebre alfa que marca pavor en cada paso que da, conllevando todos los días de su vida una chaqueta tan oscura como describirían todos su corazón, y una fuerza férrea en los campeonatos contra adversarios de la escuela. Ella solo tenía a una omega a quien amar.

Y a quien temerle a veces porque la ama mucho.


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