YOU BELONG WITH ME | CONRAD FISHER [EN EDICIÓN‼️]

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—Que irresponsables.- nos regaño Laurel una vez que nos encontrábamos en casa.

—Mamá, no fue para tanto.- le explicaba Steven.- La policía quería apagar la fogata.

—¿No fue para tanto?

—No.

—Que los traiga la policía por ser menores bebiendo si es para tanto.

Steven pareció oler algo.

—¿Estuvieron fumando?

—¿Qué? Baja la voz. Susannah está dormida.- contestó Laurel.

—No estaba gritando. Tú...

—Para que sepas, yo no bebí, era el conductor asignado.- se justificó Jeremiah.

—Eres el mayor. ¿Qué se te pasó por la cabeza? -Lauren regaño a Conrad.- ¿Y tu cuando saliste? ¿Qué tienes puesto? -está vez regaño a Belly.

—Es de Taylor. ¿No puedo salir?

—Debiste decirnos que ibas a ir. ¿Como fuiste?

—Caminando.

—Cielos. Tu no eres así, Belly.- la regañaba su mamá.

—¡Deja de tratarme como una niña!

Yo solo me mantenía callada para no meterme en mas problemas.

—Si quieres que te trate como adulta, compórtate como una.

—Lo mismo digo de ustedes.- Conrad se puso a la defensiva y voltee a mirarlo con los ojos muy abiertos. ¿Qué no veía la situación?

—¿Qué significa eso? -pregunto Laurel pestañeando desconcertada.- Está noche habría terminado diferente si su familia no fuera su familia.

—Lo sentimos Laur...-se disculpó Jeremiah.

—Solo... vayan a la cama. Llevare a Olivia a su casa.

No dije nada por no meterme en más problemas pero cuando estábamos por pararme para irnos, Conrad hablo.

—Ahm en realidad, Liv duerme aquí.- respondió Conrad.

—¿Que?

—Si, es que... mi papá no está en casa por cuestiones de trabajo y Susannah me ofreció a quedarme.- dije algo bajito.

—Bueno... vayan a dormir entonces.-dijo Laurel y todos nos dirigimos a nuestras respectivas habitaciones.

Subí las escaleras y me dirigí a aquella habitación de huéspedes donde Susannah permitió que me quedara. Estaba por abrir la puerta pero la voz de Conrad quien acababa de subir me interrumpió.

—Liv.- hablo el.

Apreté con fuerza el pomo de la puerta para después soltarlo y voltear hacia Conrad.

—¿Si? -dije juntando mis manos y jugando con mis dedos por el nerviosismo.

Conrad balbuceo un poco antes de hablar.

—Creo que tengo una pomada en mi cuarto para tu brazo. Vamos.

Iba a negarme de no ser porque el tomo mi mano con delicadeza y me guió hasta su habitación.

Hizo que me sentara en la orilla de la cama y busco algo entre sus cajones. Luego se acercó hacia mi, se hincó a lado de la cama para quedar a la altura de la marca en mi brazo y alzó ligeramente la playera en la zona del brazo para poder aplicar aquella pomada.

Nos mantuvimos en silencio todo el rato hasta que hablé.

—Pude defenderme sola ¿sabes?

—Lo sé. Pero yo estaba borracho y de verdad me molesto mucho que te estuviera hostigando. Si hubiera podido lo mataba ahí mismo.- dijo con algo de diversión en su voz.