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Cuando Conrad y yo éramos pareja, parecía que iba a ser duradero. Me iba a visitar a Cousins o yo iba a visitarlo también de vez en cuando.

Pasábamos horas encerrados en su cuarto, sentados en su cama con la piernas entrelazadas, mirándonos a los ojos y compartiendo besos.

Eso hasta que Jeremiah tocaba la puerta diciendo que no olvidara que era su mejor amiga.

Salíamos a jugar volleyball los tres a pesar de que Jeremiah no podía ni siquiera hacer los remates y tuve que dedicarme a enseñarle.

A veces deseaba con todas mis fuerzas poder retroceder el tiempo y volver a vivir esos momentos.

—Buenos días.-saludó Conrad entrando a la cocina.

No tenía ganas de hablar con el por lo que no conteste.

Me aleje un poco de el y fui a sacar algo del refrigerador.

—Buenos días.-entro Jeremiah. Me dio un beso en la cabeza y le sonreí.

Jeremiah noto que Conrad se había terminado el café e hizo una cara de pocos amigos.

—Te lo doy.- ofreció Conrad.

—Gracias.

—¿Quieren huevos? Voy a prepararlos.

—Tengo que ir al club.- le contestó Jeremiah.

Al recibir esa respuesta, Conrad volteo hacia mi cuestionándome con la mirada.

—No tengo hambre, gracias.- dije y me retiré de la cocina.

Fui hacia la sala y me senté en el sillón a tomar mi jugo de naranja. Tome mis audífonos y un libro.

Los audífonos los conecte a mi celular para evitar escuchar su conversación. Abrí mi libro para continuar mi lectura.

Unos minutos después el sillón se hundió a mi lado y alguien quito mi audífono izquierdo.

—¿Qué tienes? -pregunto Conrad con mi audífono en su mano.

—¿A que te refieres? -dije arrebatándole el audífono.

—¿Estas enojada conmigo o algo así?

—No todo es sobre ti ¿sabes?

—¿Es por tu mamá?

—¿Qué?

—Liv.

—Solo quiero que me dejes en paz. Ve con una de tus novias y solo déjame sola.-en algún momento alcé el tono de mi voz y mis ojos se cristalizaron un poco por el coraje.

—Liv... ¿qué es lo qué pasa? -Conrad limpio una lagrima que había caído por mi mejilla. Después tomó mi rostro con ambas manos. Iba a decir algo pero mejor me abrazo y sin poder evitarlo lo abracé de vuelta.

—Probablemente esté por perder mi dignidad al decirte esto pero... te extraño.

—¿Qué? -dijo separándose del abrazo pero tomando mis manos y mirándome a los ojos.

—Todo fue tan rápido, de la nada empezaste a actuar raro conmigo y cuando quería que habláramos sobre la situación, ignorabas el tema. Te notaba menos cariñoso y un día llegaste de la nada a mi casa solo para decirme que lo mejor era que termináramos porque no querías lastimarme.

—Quería decírtelo, de verdad. Es solo que el problema me consumió tanto que no estaba prestándote la suficiente atención y temía lastimarte más de lo que hacía terminado lo nuestro.

Ahí fue donde me di cuenta. Nunca iba a poder superar a Conrad por más que hiciera todo lo posible por intentarlo.

Separe mis manos de las de el y me pare rápidamente del sillón.

YOU BELONG WITH ME | CONRAD FISHER [EN EDICIÓN‼️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora