M Í R A M E

II

Todo se sentía diferente en los días que pasaron, ya no sentía un peso en mi habitación, como si todo hubiera sido un sueño mal contando. 

– ¿Quieres decir que ya no te molestará más? – Soltó Leah con una sonrisa mientras me miraba. Había llamado a mis amigos para darles la gran noticia; nos reuníamos en una pequeña cafetería del pueblo, lo hacíamos mucho, antes de que me visitaran todas las noches.  

– Se supone que si – Solté mientras tomaba un sorbo de mi café favorito. – Pero me intriga saber sobre el acertijo, tengo un mal presentimiento de eso. – Los miré unos segundos para luego preguntar. – A todo esto ¿Dónde está Oliver? - Leah alzó ambos hombros en señal de no saber nada, y Marcus se limitó a decir. 

–Se supone que es el más puntal de los cuatro, también se me hace extraño que ninguno de nosotros sepa algo de él ¿A ninguna le ha escrito o algo? – Ambas negamos con la cabeza.

 El silencio duró solo un momento, gritos de desesperación se escucharon fuera de la cafetería, y algunas que pasaban por ahí solo corrían con una cara de asco y martirio. Los tres nos levantamos de la mesa, saliendo de la cafetería vimos a lo lejos como las personas estaban reunidas en el final de la carretera y el inicio del viejo bosque; rápidamente nos acercamos ¿Un perro muerto? ¿Un oso?, no lo supimos hasta que nos acercamos. 

– No puede ser...- Mis ojos se abrieron al ver la cabeza de Oliver colgando en una de las ramas de los árboles de la entrada del bosque y una de sus brazos apuntando a la entrada de este. – No, no, no. – Me repetí mientras seguía viendo la escena, sus ojos habían desaparecido de su rostro y su boca estaba abierta hasta su punto máximo de ser arrancada de esta.

Todo pasó en un segundo, Leah se había desmayado y Marcus seguía en estado de shock, y resonó en mi mente ''Búscame donde hay luz, pero también hay oscuridad, donde todos viven y a la vez no, donde hay casas, pero no se permite la caza'' – El bosque, me quería a mí en el bosque – Susurré mientras sentía como mis ojos se llenaban de lágrimas – Fue mí culpa- no podía dejar de ver su cabeza.

Parecía una pesadilla, mi padre fue por mí cuando escuchó lo sucedido, estuve horas llorando en su pecho cuando llegamos a casa, tanto que cayó la noche muy rápido, sabía que esto era obra de él, tenía que encontrarlo ¿Qué sería capaz de hacer si ella no lo enfrenta? No quería saberlo. 

– Debes dormir un poco, hoy fue un día demasiado duro para ti – Mi padre me acomodaba entre mis sábanas mientras acariciaba mi cabeza. – Lo siento por tú perdida, linda- Sonreí un poco y asentí. – Buenas noches. – Cuando mi padre salió de la habitación, me levanté para tomar mis cosas, había preparado todo para salir esa noche al bosque, y esperé a escuchar como entraba en su habitación para poder salir por la ventana, suerte que no vivía en un segundo piso, antes de irme dejé una nota para él, espero que me entienda.

El pueblo en la madrugada era algo realmente horrible, ni un alma se podía visualizar en él, todos los puestos y tiendas habían cerrado, quedando solo las luces de las calles. – Aquí vamos – Dije en la entrada del bosque, habían quitado la cabeza de Oliver, pero la sangre seguía en el suelo. Entre más avanzaba en él, más desesperación sentía; estaba lejos de casa, lo sabía aun así seguía avanzando, pero ¿Qué buscaba exactamente? ¿A dónde debo ir? ¿Qué más debo buscar para que esa cosa la dejara en paz? 

– Evelynn, viniste – Otra vez, esa voz, era él. – Me alegra que recibieras mi mensaje. – Lo escuchaba en todas partes, como si de un eco se tratase. 

– Ya estoy aquí – Grité enojada, pero tenía muchomiedo. - ¿Qué es lo que quieres? ¡Oliver no tenía la culpa de nada! – Repetímientras miraba a todas las direcciones mientras daba algunos pasos hacia atrás,mala idea. Me tropecé y caí cerca de un árbol con un hueco dentro de él. 

- Oh mi pequeña Evelynn, sigues sin entender. – Sus garras se posaron en mis hombros, estaba detrás de mí. – No necesito que me des nada – Apretó su agarré y luego susurró en mi oído. 

Yo te necesito a ti.