La verdad

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Son las 4:25 y estoy frente a la Fragata, decidi colocarme un vestido corto de color rojo, que resalta con mi color de piel, sandalias negras y algo de maquillaje. Jeanpaul no ha llegado, espero no me vaya a dejar plantada, pero bueno que se puede esperar de un patán como el. Pasan los minutos y nada que llega, cuando escucho un carro justo detrás de mi, es él, arreglado como siempre, palto y corbata, sus zapatos brillan. Esperó que se acerque y de inmediato planta un beso en mi mejilla, siento como me sonrojo - ¿Entramos?- pregunta rápidamente, mientras yo asiento, coloca su mano en mi cadera, hasta llegar a la mesa, que ya estaba  reservada, nos sentamos y empieza a hablar sin parar - Te seré sincero no quiero tantos rodeos en las cosas, nuestros padres están involucrados en negocios referidos al narcotráfico, lo he descubierto hace un par de semanas.- estoy aturdida, mi padre no puede estar involucrado en este tipo de cosas, no es posible, definitivamente esto debe ser una broma - Ahora lo que tenemos que hacer es averiguar lo mas que podamos, y ahora debemos contar el uno con el otro.- hablaba en susurros - ¿Que opinas?- concluye.
No puedo ni siquiera contestar, estoy sumamente confundida, mi padre no es de ese tipo de personas, pero ahora veo que ha cambiado todo, de repente siento sus manos tocando las mías y los nervios empiezan a apoderarse de mi cuerpo, quien iba a imaginar que el patán y yo, tendríamos que ser aliados en algo.
- No tengo palabras al respecto tan solo puedo decirte que cuentas conmigo, mientras mi padre esté involucrado.- Respondo con la voz un tanto temblorosa, mientras suelto mis manos de sus manos, el tan solo asiente y de inmediato pide de comer.
- Para la Srta un cordero al vino y para mi un pollo a la naranja que sean acompañados por arroz con coco. ¿Que deseas tomar?.- Me pregunta. Por fin le interesa mi opinión, acerca de lo que quiero, patán.
- Jugo de toronja.- Contesto.
- Y para mi un jugo de mora.- Termina de hacer el pedido, entrega las cartas y agarra su celular. Ignora mi presencia por unos 10 minutos hasta que decido hacer lo mismo, agarro mi celular y muero por contarle a Silvia acerca de todo lo que ha pasado, pero se que entre menos sepan los demás más fácil saldrá todo, me duele no poder contarle a mi mejor amiga. Unos 20 minutos después llega la comida, que el patán había pedido y empezamos a comer en total silencio, al terminar pide la cuenta y se levanta, me levanto con el y salimos.
- ¿Te llevo a tu casa?.- Dijo.
- No, gracias.- Respondo antipáticamente.
- Ok.- Dijo sin mas.
Se monto en su hermosa camioneta y se marcho, llame a Richard, quien llegó unos 10 minutos después de la llamada. Me monte, salude de la manera más fría y no hable en todo el camino, narcotráfico era la palabra que estaba dando vueltas en mi cabeza. Al llegar a mi casa, no había nadie, solo mi hermano mayor quien estaba en su cuarto con música a full volumen, enseguida entre a mi habitación, y me acosté a pensar en todo lo que había dicho el patán esa noche, y a los minutos me quede dormida.

My little secretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora