Capitulo º1 DESCUBRIENDO SONRISAS

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El sonido de la risa de Venice me traslada a mis propios pensamientos, escucharlo me hace muy feliz, cada que lo hace, lo veo y pienso más en vegas, pues, no me es muy difícil hacerlo, esta sonrisa es la que hemos podido conservar incluso después de perder tanto y a tantos. Puedo notar con mayor exactitud cuan parecidos sus ojos son como los de Vegas; feroces pero llenos de mucho encanto; su cabello, oscuro como la noche; y eso hace resplandecer su hermosa piel pálida; sus labios, delgados y delicados, realmente este niño crece y se parece más a su hermano que a su propio padre. De verdad estoy muy agradecido de que le guste pensar que soy su otro padre, agradecido de pertenecer aquí, de haber sido bien recibido dentro de esta familia , a la que puede llamar suya ahora.

¡Esta sonrisa quiero poder conservarla por mucho tiempo!- es lo último que pienso antes de despertar de mi trance y terminar de bañar a Venice, quien se estuvo divirtiendo durante ese corto periodo con la espuma de baño, y ahora me muestra su gran cabellera y barba espumosa, lo que me hace plasmar una gran sonrisa en mi rostro y terminar de lavarle, arrastrando con el agua su pequeña creación.

Ven, vamos a secarte, debes ir a dormir temprano – digo a Venice ya sobre la cama, mientras seco su pelo con la secadora.

Papá, ¿mañana puedo llevar dos almuerzos?- de repente me pregunta, lo hace con pena y desviando su mirada hacia otro lado.

¿Por qué? ¿Te vas a comer dos almuerzos tu solo? Vas a ponerte como tío porche, ¿tal vez es para dárselo a uno de tus compañeros? – indago tranquilamente mientras le coloco su pijama.

Pero tío Porsche tiene un bebe en la panza, por eso esta así, yo no, además, debo comer bien para seguir siendo guapo como me dice papa Vegas. Pero, quiero llevar dos almuerzos porque hay un niño que siempre está fuera del colegio vendiendo dulces - empezó a decirme lentamente - Como papá Vegas y tú siempre llegan tarde a buscarme o envían a Cao, le pregunte si quería jugar un rato, pero siempre me dice que no puede – soltó un suspiro de resignación, como si le disgustara recibir esa respuesta siempre - dice que debe trabajar para no morir de hambre o sino su madre se molestará.

mmm... y el almuerzo es entonces para que no se muera de hambre – le digo mientras acaricio su cabeza.

A lo que el abruptamente me grita - NO, no, no sabes papá - por lo que hago una mueca sin entender - Le diré que si juega conmigo ya no tendrá que pasar hambre y no tendrá más opción que hacerlo porque nunca conseguirá una comida tan rica vendiendo unos dulces tan baratos y feos, claro, primero debe jugar conmigo para poder darle el almuerzo.

Mi ojo derecho empezó a palpitar y una mueca se formó en mi rostro, me pregunté si de verdad estaba escuchando a este niño decir eso – waooo - es lo único que sale de mi boca, estoy ensimismado. Estaba tratando de buscar las palabras para hacer entender a Venice cuál era el verdadero asunto a tratar, cuando escuche unas carcajadas desde el marco de la puerta, que había sido abierta sin que me percatase.

VEGAS, MACAO no es para reírse – miré a ambos con cara de enojo, pero estos aún continúan riendo a carcajadas muy sonoras, que me frustraron.

Este niño solo tiene 4 años y ya es bueno en las negociaciones, tomara un lugar en la empresa antes que yo – dice Macao aun riendo.

Venice solo es un niño amor- dice vegas tratando de contener aun su risa.

Lo se vegas, pero no quiero que sea un niño que vea a los demás por debajo de el – me volteo hacia Venice, quien aún está de pies sobre la cama, y le doy dos golpecito con mis dedos en su frente – Le darás comida a ese niño ¿y a su madre donde la dejas? Sino trabaja, su madre se enojara, acaso ¿no te dijo eso? ¿Cómo harás con ese problema?

ME QUEDO CON TUS LATIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora