Stray Kids Tumblr Stories

changbin

smut

AUTOR: ↴
es-kay-zee en TUMBLR

Changbin se queja de la pérdida de otro orgasmo. Ambos han perdido la cuenta de cuántos le has negado, pero saben que en algún lugar alrededor del tercero fue cuando comenzó a llorar. Las lágrimas secas manchan sus mejillas, las frescas se acumulan en las comisuras de sus ojos cuando envuelves tu mano alrededor de su polla una vez más.

Es casi como si todo su cuerpo estuviera hecho de energía pura, zumbando con todos y cada uno de los movimientos de tu muñeca. sus brazos musculosos se tensan ligeramente debajo de la cuerda rosa que mantiene sus muñecas aseguradas a la cabecera. Está luchando para mantenerse quieto, para no meter las caderas en tu mano. Quiere ser bueno, quiere escuchar los elogios caer de tus labios, pero aún más que eso, quiere correrse desesperadamente.

—P-por favor, y/n—. su voz sale más débil de lo que le gustaría, el tartamudeo de sus palabras hace aún más obvio lo mucho que tus acciones lo están afectando.

—¿Qué pasa, binnie?— Tu tono y expresión inocentes son opuestos a la forma en que lo envuelves con la mano una vez más, comenzando lentamente a bombear su polla que gotea.

Su aliento se engancha, el cuerpo se contrae por la sensación de tu agarre apretado. Si tan solo dijeras que sí, si tan solo lo dejaras, se correría ahora mismo. Pero no lo haces. En su lugar, simplemente sigues mirándolo fijamente, con la cabeza ligeramente inclinada hacia un lado mientras esperas su respuesta.

Changbin no suele ser de los que ruega, pero ahora mismo, deja que la débil humillación se hunda en su piel, y se sorprende de que solo aumente a su excitación. Escuchas sus súplicas, sonriendo mientras repite una y otra vez lo mucho que quiere correrse. Y parte de ti quiere dejarlo, quiere verlo pintar tu mano de blanco.

Pero esto es mucho más divertido.

Se retuerce de nuevo mientras retraes tu mano de él por enésima vez, riendo inocentemente de su difícil situación. Corres un dedo solitario por la parte inferior de su longitud, viendo cómo sus muslos tiemblan al tocar.

—Dime, cariño. ¿Por qué debería dejar que te corras?— Tus ojos se metieron en los suyos, esperando pacientemente a que recordara sus pensamientos dispersos antes de responder.

—Porque he sido bueno—. Es una respuesta simple, una que esperabas.

—Lo has hecho, has sido un muy buen chico—. Te inclinas hacia abajo, apoyando tu cabeza contra su cadera, tus ojos siguen mirando a los suyos. No puedes decir si su gemido silencioso se debe a tus elogios, o al hecho de que su polla está a solo centímetros de tus labios.

—Pero te ves tan guapo así—.

Changbin tiene tantas ganas de correrse, sus nervios ya pasan tanto tiempo tambaleándose al borde del placer total. Pero cuando tu mano envuelve su polla una vez más, él sabe que no lo conseguirá. Todavía no, al menos. Y si el brillo en tus ojos es alguna indicación, está seguro de que no se correrá por un tiempo esta noche.

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