Te conocí casi de manera inesperada, solo que sabía de tu llegada.
No quería aceptarlo, al principio me daba golpes internos para frenar todo aquello que sentía.
Pero verte solo me hizo recordar que siempre iba a estar atrapada.
Quise una persona como tú, soñé con alguien como tú. Pero tu atención ya se encontraba ocupada.
Me enamoré; sí, lo hice. Pero no de lo superficial.
Me enamoré de tu mirada, de tu caminar, de tu sonrisa. De que te encantada observar todos los detalles en los demás que no veías en ti.
Pero el miedo sigue presente.
A no ser suficiente, a que reconozcas cuando mis pupilas se dilaten, que te vallas, que me dejes.
El miedo sigue cuando la elijes a ella.
Por eso mañana si te vuelvo a ver, no molestaré ni con una mirada... menos con pensarte.
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Hoja en Blanco.
PoetryAl parecer las palabras que se plasman, duelen el doble que las que se piensan.