"La calidez en una taza."

113 18 2
                                    


Era una mañana fresca de otoño, más la calidez de los rayos del sol calentaban mi corazón, sentada en mi pequeña cafetería, tomando una tacita de cafe pasaba mi tiempo esperando que alguien se apareciera por aquella puerta.

Los rayos de sol qué entraban por los ventanales solian inundar todo a su paso, daban un tono calido y agradable a mi pequeño local.

Mi corazón latía ansioso por la esperanza de que alguien apareciera, las yemas de mis dedos no podían dejar de tocar la taza repetidamente y mi mirada pasaba rápidamente por todo el jardín en busca de algún rostro familiar.

Depronto el sonido de una campanilla captó mi atención, me levante rápidamente y me dispuse a atender a aquella persona.

Me acerque a saludar y lo que me tope fue una sorpresa encantadora. Era Barnaby con una gran sonrisa, en su mano se encontraba una margarita.

"¡Barnaby!, ¿que haces aquí?"

Dije con una emocion desmesurada, había pasado tiempo desde que no le veía y me sentía tan feliz de volverlo a ver denuevo.

Me arroje hacia el con una gran sonrisa, me tomo entre sus brazos y me alzó para darme vueltas sobre el, no pude evitar reír.

El podía ser muy desvergonzado y aspero, pero siempre sabia como sacarme una sonrisa, fue por eso que se convirtió en mi mejor amigo tan rapido.

Después de que las risas se disiparon pudo tomar un poco de aire y recitar sus siguientes palabras.

"Hace mucho que no te veía, niña."

Dijo revolviendo mi cabello. Me ofreció la pequeña margarita y me límite a ponerla en un lindo jarron mientras seguía la conversación un poco Distraída.

"¿Quieres que te prepare algo?, puedo hacer un poco de cafe si gustas."

"Me parece bien."

Le indique donde sentarse y procedí a colocar unas lindas tazas de porcelana y colocar la tetera.

"¿Y bien?, ¿Que haces aquí?"

Dije mientras servía el agua caliente.

"Solo quería verte, hacia tiempo que no te veía salir de casa, me tenias preocupado."

El seguía preparando su cafe tratando de seguir el hilo de la conversación.

"De verdad lo siento, es sólo que no me sentía muy bien."

El me miro fijamente, el sabia muy bien lo que pasaba, así que no había forma de mentirle.

"Te enteraste de lo Wally, no es así?

Mire fijamente la taza frente a mi, mientras jugaba torpemente con las cucharas. En mi mente solo había una pregunta, ¿Por qué todo mundo me preguntaba tanto el?

"Si."

"¿Quieres hablarlo?"

Mi mente se encontraba divagando entre tantos pensamientos corrosivo, hasta que senti qué tomo mi mano.

"Esta bien, sabes que no le dire a nadie ¿verdad?"

Un extraño sentimiento se formó en mi pecho.

Culpa.

Culpa por no poder confiar en el, culpa por no poder decirle la verdad, culpa por enamorarme de la persona "incorrecta".

Por más que quería gritarle lo mucho que la amaba, algo dentro de mi me pedía en súplicas qué no lo dijera, que no revelará algo tan vunerable como era mi amor por ella, Julie me hacia sentir debil.

"Es Julie."

"Ella me gusta demasiado."

Lo dije, esas simples palabras cavarian mi propia tumba.

Su cara me lo dijo todo, la sorpresa y confusión, la intriga en esta me decia que no comprendía muy bien la situación.

"¿Como?, ¿Cuando?"

"Desde hace tiempo."

"¿Wally lo sabe?"

Sacudi mi cabeza en forma de negación, pues nadie lo sabia, ni siquiera mi mejor amigo. Solo Suspire profundamente y le respondí de manera franca.

"Es imposible que lo haya notado."

"¿Por qué no le dijiste?"

"Tenia miedo."

Mi pecho comenzaba a doler y mi voz empezaba a flaquear. El me miro con un poco de miedo y preocupación, tenia tanto miedo de perder a sus dos mejores amigos.

"¿Lo odias?"

"No puedo odiarlo por amarla también."

Un silencio se formó. Tenia razón, no podía culparlo a el por encontrar lo que yo encontré en ella.

"¿tu crees que si le hubiera dicho lo que sentía, ¿algo hubiera cambiado?"

El no sabia que responder. No podía darle la espalda a su mejor amigo, pero tampoco quería romperme más el corazón. Estaba mejor así, yo podía aguantar el tragarme todo lo que sentía si eso implicaba su felicidad, ¿verdad?

Ya no podia mentirme más, me rompi a llorar lo más que pude. Necesitaba un descanso del peso que llevaba cargando desde hace tiempo.

El se paro y se acerco a consolarme, pues a pesar de que se sintiera feliz de ver a su mejor amigo tan satisfecho, no podía no sentir lastima al verme así.

Apretaba lo más fuerte que podía de su chaleco, no quería que se alejara de mi, no necesitaba que alguien más me dejara.

Ese día pasamos toda la tarde juntos, hablamos de cosas simples y algunas anécdotas qué pasaban por nuestra mente. Fue un como un largo silencio después de una gran tormenta.

"A pesar de que mi mente seguía pensando en ti, me convencí de que tu felicidad es prioridad y si no podías amarme como yo lo hacía, yo dejaría que amarás a alguien más como yo te amaba."

"Por que algún día dejaría de enamorarme de ti, y dejaria que me rompieras el corazón una última vez."


"Querida Julie."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora