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CAPÍTULO CUATRO

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CAPÍTULO CUATRO

    Era como una visión que tuvo en sueños hacía un tiempo.

    El calor se avasallaba sobre su cuerpo con violencia y la cama crujía bajo su espalda. Kim Tae Hyung lo sometía contra ella. No había dejado que se tocara, por eso había tomado cada mano y la había levantado por sobre su cabeza, se acomodó entre sus piernas y simuló una estocada contra su culo con el pantalón aún puesto. Jeon estaba completamente desnudo, y aunque el doctor aún estaba semi vestido, el vaivén sobre su miembro erecto hacía el prominente orgasmo una tormenta incontenible. Kim lo tomaba con rudeza de nuevo, y sacaba la lengua para jugar con la suya de manera obscena y desinhibida. Jeon no podía hacer más que jadear con los ojos entrecerrados y la vista nubosa, pensando que aquel peso sobre su cuerpo era increíblemente excitante.

    Kim liberó su erección de su ropa por fin, justo antes de penetrarle de una sola estocada. Jeon chilló aprensándose más de sus caderas con las piernas a cada lado del cuerpo del doctor. Su cuerpo acompasaba el vaivén, casi chocando contra la cabecera de la cama, de no ser por las almohadas que le protegían, habría sido doloroso.

    El sudor hacía todo más resbaloso, y cuando gemía porque fuera aún más profundo con sus estocadas justo después de que este gimiera algo así como su nombre, Jung Kook se irguió sobre la cama, rodeado de la obscuridad de su habitación.

    Su cuerpo sudoroso y caliente resentía las brisas de la noche que se colaban a través de la ventana abierta. Las cortinas de nuevo revoloteaban en medio del cuarto.

    De pronto pareció recordar otro sueño que había tenido. Uno en el que, como ahora, caminaba por los pasillos vacíos en medio de la noche, buscando al sensei. Entoces llegaba a una doble puerta y al abrirla... La espalda ancha de Tae Hyung en bata quirurjica se alzaba en medio del quirófano de la clínica. Un sonido viscoso perpetuo constante a partir de entonces, sin embargo, también le acompañaban los gemidos del hombre en medio de la plancha.

    Estaba vivo y despierto.

    Pero al doctor Kim parecía no importarle, porque de igual forma estaba manipulando su interior.

    —Doctor... Esa persona...  —preguntó con los nervios en la punta de los dedos a punto de estallar. Su corazón comenzó a bombear cada vez más fuerte ante la imagen de espaldas de su amado doctor Kim en bata quirúrgica, en tanto ignoraba los sollozos del hombre a quien removía las entrañas con tanto descuido—. ¿Es un paciente?

28042023 | Love, Sam 🌷

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Somnia © TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora