Chemo 𖥔 Meanie/MinWon

Diez

Cuando le dieron fecha a Wonwoo para su operación, el pelinegro estaba terriblemente nervioso, se asustaba por algo tan leve como un movimiento rápido y estaba muy callado, mirando hacia abajo todo el tiempo y jugando con sus dedos nerviosos.

Así que Mingyu tenía que tratarlo como un niño pequeño y él ser su mamá o la maestra cariñosa y comprensible de la escuela, así que siempre le hacía mimos sobre su cabeza, le decía todo con palabras bonitas, le había traído uno que otro poema cursi que lo había vuelto un lindo tomate.

Lo acompañó cada día y cuando llegó el momento en que lo llevaban hasta la sala de operaciones en la camilla, tomó su y mano le sonrió ampliamente.

—Todo saldrá bien, Wonwoo, verás que después te voy a molestar por lo miedoso que estás siendo en este momento, mi tonto.

—Gyu, te amo, ¿Te lo he dicho antes?

—Sí, Wonwoo, cinco veces en los últimos diez minutos y yo también te amo, nene.

—En serio te amo, ¿Sí? Te amo a ti y a tus gorros, tu sonrisa, tu positividad, tu encanto, tu-

—Sí, Wonwoo, ya lo dijiste —dijo Mingyu con una sonrisa, asintiendo.

—Gyu... —Wonwoo lloriqueó cuando vio la puerta de la sala de operaciones a menos de cinco metros.

—Wonwoo, tranquilo, en este momento es donde no debes hacer nada, nene, todo queda a manos de los que estudiaron años y años, tienen años de experiencia para hacer algo que ya han hecho antes y que no es de las cosas más complicadas que saben hacer y que han hecho, ¿Sí? Mira, antes de que te des cuenta estarás conmigo en mí departamento y dormiremos juntos, ¿Te parece?

—¿Me estás invitando a follar antes de mí muerte?

Mingyu golpeó su pecho, las enfermeras que lo acompañaban riendo con el comentario.

—No, te estoy invitando a una pijamada, no podemos follar ni tu ni yo, estúpido.

Wonwoo hizo un puchero.

—Mingyu, tengo miedo.

—Venga, beso de valor —dijo Mingyu, inclinándose sobre él para besarle, Wonwoo correspondió de inmediato y se dejó consolar unos segundos en los belfos de su chico bonito, quién al separarse de él, le sonrió— Te veré probto, vas a ver que van a ser dos minutos sin mí.

—Y después de eso muero.

—No, idiota —Mingyu apretó sus mejillas— Te amo, Wonwoo, eres mí niño valiente, ¿Sí?

Wonwoo asintió y no tuvo más tiempo que para apretar su mano una vez antes de que los doctores estuvieran listos dentro de la sala y solo empujaron la camilla hacia el interior del lugar.

Cuando todo terminó, sin mayores complicaciones, fue trasladado a una habitación y Mingyu se quedó a su lado, tomando su mano, escribiendo en su cuaderno hasta que la anestesia pasó y Wonwoo abrió sus ojos con torpeza.

—Hola, mí amor —dijo Mingyu, con una sonrisa y dejó un beso en su nariz.

—Fue...muy rápido —habló algo torpe porque su lengua aún estaba medio dormida.

—Te lo dije —Mingyu asintió.

—¿Estoy siquiera vivo? No siento nada...

—Estás en el paraíso y soy tu ángel de la guarda.

Wonwoo lo miró unos cuantos segundos y parpadeó un par de veces.

—Oh, es verdad... es cierto.

Mingyu se comenzó a reír muy fuerte, porque Wonwoo lo decía muy en serio además de que lucía adorable así de confundido.

—Te amo tanto, tonto —dijo Mingyu.

—Yo también te amo, ángel.

—¡No soy un ángel!

—Pareces uno —Wonwoo lo miró con fascinación en sus ojitos.

—Soy un hada —dijo Mingyu totalmente seguro.

Wonwoo frunció el ceño.

—¿Eres estúpido? Esas cosas no existen.

—¿Los ángeles si?

—Estoy viendo uno, dame más pruebas de tus hadas, perra.

—La anestesia te pone más estúpido de lo normal.

—¿Tu mano...esta pegada a mi mano? Porque se siente raro... —preguntó frunciendo el ceño mirando sus manos unidas, alzandolas frente a su rostro.

—No, están separadas, mira —Mingyu separó su mano para abofetearlo, sin fuerzas pero la suficiente para hacer que suene al golpear, dejando a Wonwoo confundido y mirando su mano con sorpresa, volvió a reír y se dijo a sí mismos que no se arrepentiría de molestarlo cuando este más consciente.