Cuatro

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Tirado en su cama escuchando música, Wonwoo miraba el techo a la espera de que este le cayera encima de una buena vez

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Tirado en su cama escuchando música, Wonwoo miraba el techo a la espera de que este le cayera encima de una buena vez.

Se sentía como la mierda y todas las noticias que había recibido en ese día lo hacían sentir más y más mierda.

Su teléfono sonó por doceava vez, pero estaba a un metro y medio de él y le pareció demasiado lejos.

Fue a la décima tercera vez que se cansó de que sonara y atendió, se fijó en el nombre, viendo el "Kim Mingyu" en la pantalla.

—¿Qué quieres?

¿Por qué no estás en la sesión de quimio, Wonwoo? —Mingyu estaba más que enojado, furioso y necesitaba descargarse con todos los insultos que conocía y dirigirlos todos a la razón de su molestia.

—Decidí dejarlas... es una perdida de tiempo.

No, ¿Me escuchas, Won? Yo te digo que no.

—No eres nadie para decirme que hacer.

Pues sí, no lo soy, ¿Y qué? Te lo digo igual, imbécil, ¿Qué problema hay?

—¿Por qué me insultas?

Porque eres un maldito desgraciado, Won, ¿Tengo razón?

Wonwoo se mantuvo en silencio varios segundos.

—Pues sí.

Y si te quedas allí eres un perdedor de los peores, Wonwoo. Eres un perdedor pero de los que se rinden, idiota. 

—¿Puedes parar?

No, no quiero, ya me tienes harto y ya empecé esta pelea —replicó Mingyu, sin duda estaba quedando como un loco frente a sus  compañeros quimio, que lo miraban con ojos muy abiertos— Jeon Wonwoo, ¿Al menos no vas a venir a despedirte de mi? ¿De todos nosotros?

—Fue un gusto conocerte, Mingyu-

Ven y despídete de mi cara a cara, mierda, ¿Qué ahora me tienes miedo o que, idiota? —escuchaba a su lindo chico de gorro apretar la mandíbula— Ya sabes donde estoy, ¿Qué mierda esperas?

—Esta bien.

Wonwoo colgó pensando en él, se abrigó y salió de su departamento para pedir un taxi hasta el hospital. 

Bajó frente al edificio de aquel gran hospital, pasó hasta llegar a la sala de quimioterapia donde esta vez había dos personas y Mingyu, quien estaba de pie y brazos cruzados, en medio de la sala de quimio.

Su ceño estaba fruncido y en sus ojos contenía lágrimas.

—¿Y ahora que? —preguntó, su gorro no estaba, estaba furioso y se había quedado solo con un suéter, su corto cabello gris estaba a la vista— ¿Por qué lo dejas? ¿Qué razón estúpida tienes esta vez? 

Wonwoo lo miró un momento, el chico estaba por llorar de molestia.

—Estoy cansado, mucho, como nunca antes en mi vida, estoy cansado de todo y no quiero hacer nada.

—¿Leíste el folleto de los efectos secundarios de la quimio?

Wonwoo asintió.

—Depresión esta entre esas cosas, Wonwoo, pero no es excusa para dejarte estar.

—La mujer que estaba aquí —señaló un asiento vacío— No lo logró, ¿Y sabes que es eso? Un recordatorio de que tampoco lo lograremos, ¿Por qué estar aquí de todas formas?

—Porque tu no eres ella, nadie de aquí lo es y nadie dice que no  podremos, salvo tu mismo, Wonwoo, te estás arrastrando solo.

Wonwoo sorbió su nariz, sintiendo las lágrimas.

—En mis ultimas pruebas, todo salió igual que cuando empecé con esto, nada cambió y solo me estoy sintiendo como la mierda para que al final resulte en nada, ¡Nada!

—¡La quimio funciona así! —Mingyu estaba rojo de la furia— ¡El que estés igual es una señal de que está actuando! —suspiró de forma pesada— Si no estuviera funcionando, seguiría creciendo, pero ahora eso no ocurre, esta igual que antes y es luego cuando empieza a reducirse, que da la casualidad que eso pasaría ahora, ¡Ahora! ¡Y tu ibas a dejarlo ahora!

Wonwoo lloriqueó, dejó que las lágrimas corrieran por sus mejillas porque no tenía la fuerza necesaria para limpiarlas, se sentía horriblemente vacío por dentro y supuestamente todo lo hacía esa quimioterapia.

—M-Mingyu... —murmuró su nombre y bajo su rostro con vergüenza. 

El nombrado se acercó a el con pasos rápidos, tomó su rostro y juntó sus labios en un inesperado beso que dejó a sus dos compañeros de sesión y a las enfermeras que estaban viendo el alboroto boquiabiertos.

Sus labios se movieron con seguridad sobre los de Wonwoo, quien respondió y con mucho gusto, recorriendo los carnosos labios de su chico favorito con ganas.

Al separarse, había dejado de llorar.

—Ahora no querrás irte —murmuró Mingyu y claro que tenía razón.

—Ahora no querrás irte —murmuró Mingyu y claro que tenía razón

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Chemo 𖥔 Meanie/MinWonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora