Cap. 02

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🍵

Notita: Las fotografías son reales.

Las tomé yo 😁

(Que por cierto, no sé por qué se ven azules cuando las cargo al capítulo... 🤦🏻‍♀️)

🍵








Así que ahí estaba ahora el doctor Kim Namjoon, médico pasante del pequeño pueblo de Goryeong.

Solo.

Sin familia.

Sin amigos.

Y sin novio.

Después de un mes entero de depresión, en el cual había perdido peso y ganado insomnio, sus compañeros estaba preocupado.

- Hey, Namjoon. - Le llamó Yoongi. - Ven al comedor, no hay pacientes y los chicos trajeron comida para todos.

- Gracias, pero no tengo hambre.

De nuevo, se encerraría en su consultorio hasta que llegara la hora de salida.

- No es pregunta, Kim. Ven al comedor. - Le ordenó el pelinegro.

Namjoon suspiró hondo, acomodó la papelería en el escritorio y salió.

En el cubículo que habían adaptado ellos mismos como un comedor, trayendo una mesa y algunas sillas, los chicos lo recibieron cálidamente ofreciéndole un lugar libre.

Min Yoongi venía de su misma universidad, sabía que era inteligente, pero lo conocía solo de vista porque en realidad nunca se dio la oportunidad de convivir con muchos de sus compañeros por estar siempre junto a Jimin y el grupo de amigos de éste.

Había sido una gran suerte para el pelinegro la apertura del centro de salud ese año porque era originario del pueblo, así que después de vivir años en Seúl por ir a la universidad, ahora tenía la oportunidad de regresar a vivir con sus padres.

A Nam, el chico en un principio le pareció reservado, pero conforme pudo convivir más con él, había descubierto que una vez que tomaba confianza, era bastante divertido.

Por otro lado, Hoseok y Jungkook habían estudiado juntos enfermería en Daegu y al igual que él, habían terminado en Goryeong.

Los tres chicos se habían enterado de lo sucedido con el novio de Namjoon y apenados por verlo siempre cabizbajo, habían decidido sacarlo de esa nube gris que parecía llevar encima. Durante todo el siguiente mes se esforzaron por obligarlo a comer e invitarlo a salir con ellos, hasta que el moreno comenzó a aceptar.

Después de casi cinco meses de haber llegado al pueblo, ahora comenzaba a recuperar la tranquilidad y a atreverse a disfrutar de lo que estaba viviendo junto a sus nuevos amigos.

Estaban en noviembre y el clima era cada vez más frío. Cada mañana sin falta, despertaba antes de que saliera el sol, se ponía su ropa deportiva, sacaba la bicicleta de montaña que había comprado y pedaleaba hasta la reserva ecológica del pueblo para hacer ejercicio.

 Cada mañana sin falta, despertaba antes de que saliera el sol, se ponía su ropa deportiva, sacaba la bicicleta de montaña que había comprado y pedaleaba hasta la reserva ecológica del pueblo para hacer ejercicio

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Aquel año - NAMJINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora