𝙊𝘽𝙇𝙄𝙑𝙄𝘼𝙏𝙀| ❝Eso es el amor: darlo todo, sacrificarlo todo, sin el menor deseo de obtener algo a cambio. ❞
Daemon Targaryen x Oc masculino.
Helaena Targaryen x Oc masculino.
La casa del dragón.
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ᙅᗣᕈꙆƮᙀᒐO Ʈᖇᙓᙅᙓ: El puende del desembarco ha caído.
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❝ Hablabas con él cuando estábamos juntos.
Te amé en tus peores momentos, pero no te importó.❞
ENTRE MÁS VOTOS Y COMENTARIOS LOS CAPÍTULOS SALDRÁN A LA MISMA VELOCIDAD :3.
⸻SE DICE QUE LA PRINCESA HELAENA TARGARYEN, SOÑADORA DE LOS SIETE REINOS, enloqueció. Perdió la cabeza cuando le arrebataron a sus retoños, aquellos niños frutos de su verdadero amor.
Las canciones fueron trovadas en una triste melodía, pues, la melancolía de la dulce princesa fue un tema de que hablar durante los días venideros. Los plebeyos susurraban entre ellos; "la princesa dejo de comer", "la princesa desea morir"," su esposo es el culpable"," el matrimonio no durará." Los chismes vienen y los chismes se van, sin embargo, la verdad absoluta era solo una, el amor no dura para siempre.
La princesa amaba sin duda a su esposo, ¡sí!, lo amaba por encima de todo, pero, era aquel dolor cegador que irrumpía el cariño que profesaba. La ira la gobernaba cada vez que observaba aquel par de ojos violáceos, la tristeza la sacudía cuando lo veía pavonearse por los pasillos, y la impotencia por no haber salvado a sus hijos, ¡los niños de los dos!, la zambullía.
Tristeza, odio, resentimiento y un profundo dolor sumergían a dicha mujer consternada por las perdidas.
— ¡Estoy cansado! — alzo la voz violentamente generando que la Targaryen se sorprendiera— ¡tu indiferencia me confunde!
La soñadora seguía con la mirada aún exaltado hombre que iba de un lado a otro. Su porte elegante continuaba intacto aunque, en su rostro se notaba el cansancio que lo abatía, las remarcadas bolsas debajo de las cuencas de sus ojos daban indicios del peso que soportaba, la palidez de la piel manifestaba la enfermedad de un cuerpo moribundo.
Aquel hombre que ocupaba su habitación no era el mismo que se enamoró. Helaena sabía, ¡claro que lo sabía!, todo el mal que había provocado al instante de alejarlo bruscamente.
De un momento a otro, Percy se detuvo y la visualizo fijamente. Ese para de ojos violetas estaba dispuesto a desnudar el alma herida de la femenina, espiar cada pecado que la condenaba, y juzgar los crimines que le acusaron.
— Necesito a mi esposa, ¡no!, a mi reina — el tono aterciopelada del mayor envolvió a la mujer.
Él silenció abarco los aposentos por breves ,pero eternos minutos. La soñadora boqueó tratando de encontrar palabras apropiadas para abordar el tema e imagino varias respuestas, aun así ninguna coherente para refutar lo que expresaba su esposo.
— Yo no te necesito, Percy — contestó en un fallido intento de detener la discusión que se formaría— deberías marcharte, por favor.
Un avistamiento de dolor reflejo en los orbes del dragón, endureció la mirada y el semblante compungido se transformó. El rey regente se encaminó directo a su esposa, ella simplemente permaneció inmóvil esperando algún movimiento brusco, no obstante, lo único que recibió se trató el calor de los labios ajenos endulzando a los suyos, las manos del hombre la sostuvo con fuerza con esas intenciones de trasmitir el amor que le hacía sentir.
