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Kaerys.

Estaba en casa como de costumbre, levantarme fue muy doloroso, trate de limpiar la sangre que tenía ya seca en el cuerpo.

Hoy es uno de esos días dónde mi padre casi no está en casa, se siente una tranquilidad, hay una paz en mi corazón inexplicable.

Estoy limpiando como de costumbre, decido bajar y organizar el chiquero que tengo como habitación....

<<Es tu casa..>>

Callo a mis pensamientos y sigo.

Estoy terminando de limpiar este lugar es horrible, tengo una pequeña ventana y la abro para que salgan los malos olores que hay.

Sigo en ello cuando mi padre llega a casa, me quedo quieta para escuchar si son sus paso o no..

Carajo! Si es el.

—Kaerys! Ven aquí!— suelto lo que tengo en las manos y subo corriendo, lo veo sentado en el sofa con un cigarrillo y un vaso de ron en la mano.— Báñate y ponte este arapo.

Dice el y me tira un vestido desde donde está, yo solo asiento y lo tomo rápidamente.

No pregunto para que, solo lo hago, entro y me doy una larga ducha, veo el jabón con sangre que sale mezclado de mi cuerpo..

He tenido una vida difícil, muy difícil.

Tengo pocos recuerdos con mi madre, ella nos dejó unos tres años después de mi nacimiento.. se que fue impulsivo pero tanto ella como yo sufríamos los malos tratos de padre, pero fue tan cobarde que no me llevo con ella..

La entiendo, mi padre es un narcotraficante de alto riesgo, pero pierde todo su dinero en putas y tragos.

Para cuándo terminó la ducha me coloco el vestido que me dió, es de manga larga y un poco corto.

Salgo del baño con unas sandalias azules y una diadema.

Mi padre está en el gran comedor.. debe de estar en una reunión asique paso en silencio pero el parece verme.

—Kaerys, ven aquí.— escucho su voz firme, me tenso un poco y camino hacia donde el está.— Ella es Kaerys, mi hija, es un pago perfecto no? Mate a una de sus bastardas sirvientas, tomenla a ella para reponer el daño.

Me quedo inmóvil ante sus palabras, siento que no puedo respirar bien, mi corazón se desborda por mi boca..

—No puedo creer que estés dispuesto a darnos a tu sangre.— dice una mujer de ojos verdes que me examina con cada palabra.

—Es solo una niña, puedo engendrar muchas más.

La mujer está apunto de protestar pero el hombre a su lado la interrumpe

—Trato, es nuestra ahora.— la mujer parece estar en contra de la decisión del señor, pero el la calla con una mirada— pero no aceptaré más tratos así, vuelves a matar a alguien bajo el cuidado Royalty y no volverás a respirar, eso tenlo por seguro.

El señor se levanta de la mesa y pasa por mi lado, la mujer hace lo mismo, mi padre me.mira y me hace una señal de que los siga.

Salimos de la casa y los miro a ambos.

Ellos no me dicen nada, el señor me habré la puerta y me hace una señal para subirme, yo obedezco y me siento en la.parte trasera.

Ellos se suben y el señor va manejando.

—No estaba de acuerdo con esto keliazar.

—A mi no me importa.— el dice mientras suelta un suspiro de molestia— Y más te vale que no digas ni una palabra de esto, te conviene a ti tanto como a mí.

Desde ahí el silencio se hizo llegar y yo no hable en todo el camino.

Es un viaje largo, pasamos por un terreno muy rocoso y la camioneta se tambaleaba de un lado a otro, al fin cuando paramos llegamos a una gran casa, hay niño corriendo por todo lado y la señora hace una cara de molestia.

Veo como se nos acercan dos mujeres.

—Señor Keliazar.. Señora Verónica, bienvenidos.

—Cayetana, Tamara, les he venido a pedir un favor.— habla el señor keliazar.— Ella es Kaerys, quiero que la cuiden y eduquen mientras las cosas se suavizan en Roma, no puedo llevarla con toda esfa matanza que está sucediendo.

Las mujeres se miran y me miran.

—Claro que si señor.— habla la pelinegra y me mira.

Ellos asienten y solo me dejan ahí, me siento como una niña abandonada y antes de que se vayan les digo.

—Me dejarán aquí..?— ambos voltean a verme.

—Si, no quieres morir a tu corta edad o si?— me dice Veronica, pero keliazar le pasa por un lado y se me acerca.

—Hay mucho que procesar, hay mucho que tienes que entender y aprender.

El me mira y por un segundo su mirada se suaviza.

—No podras entender nada, y lo sabrás en algún momento.

Es lo último que dice antes de irse con su esposa.

Me quedo desconsertada por todo, y no hago más que obedecer.

—Kaerys, ven conmigo.— me habla una rubia muy parecida a mi.

Ella me guía a una habitación donde hay tres chicos más, los tres me miran extrañados y yo solo me siento en la cama y me habla la mujer.

—Soy Cayetana, es un gusto, tus compañeros son, Kora, Lucca y Carenmi, aquí dormirás por el tiempo que los señores decidan dejarte aquí.

Es lo último que dice y sale por la puerta.

Los tres me miran, pero se me acerca otro rubio.. todos son rubios o como?

Hola! Soy Lucca, es un gusto conocerte.— el me mira sonriente, pone su mano en mi pierna en sentido de amabilidad pero yo no lo veo de es forma y lo apartó agresivamente.—Oye.. perdón.

—No, perdón por mi reacción.. Soy Kaery.— suena mejor sin la S.

El me sonríe, es muy amable.

—Ellas como ya sabes son Kora y Carenmi, espero se lleven bien, aunque Kora es muy gruñona.

—Oye!— le dice una pelirroja hermosa con los ojos verdes y pecas en su rostro, es relativamente alta y muy delgada— eso no es cierto, solo no soy inmadura como ustedes dos.

La que supongo que se ríe es Carenmi, la pelinegra de ojos oscuros como su cabello, de una altura mediana y un cuerpo muy poco llamativo.

—No, creciste antes de tiempo, lo olvidas? — Kora solo la mira mal y ella ríe.— espero se puedan llevar bien ustedes dos.

Si, yo espero llevarme bien con los tres..




El Día Que Empecé A Vivir. (En Proceso.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora