01. estrés

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Yuta.

Llegaste tan tranquilo, tan relajado sentándote en el sillón, cerraste tus ojitos y soltaste un suspiro con cansancio.

—¿Qué es?—

Pregunté sentándome contigo mientras acariciaba tu suave cabello.

—Estoy cansado. Quiero dormir.—

Dijiste abrazándome.

—Hueles rico. ¿Compraste otro shampoo?—

El abrazo hizo que el olor de tu cabello estuviera justo debajo de mi nariz, olías distinto a lo habitual, no era nuestro shampoo, era uno más suave y dulce. Volví a olerte, esta vez cerca del cuello plantando un beso en tu mandíbula.

—Deja de olerme.—

Me empujaste.

—Lo siento amor, hueles rico.—

Te sonreí. Después miré esa marca rojiza, tirando a morado justo debajo de tu oreja.

—¿Qué tienes ahí?—

Dije tocando aunque me separaste con enojo.

—¿Podrías dejarme en paz? Acabo de llegar, quiero descansar. Solo me rasqué, se me acumuló todo en la oficina.—

Te levantaste hablando mientras caminabas, eso me dolió un poco. Me paré contigo y te abracé por detrás colocando mi rostro en tu hombro y pude notar mejor que no solo tenías una marca, tenías cuatro en total y yo no las hice.

—No te había visto desde la mañana amor, déjame darte un beso.—

Aunque te tapaste el cuello con tu mano nos besamos.

No podría dudar de ti, solamente fue el estrés de la oficina.

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