—¡Eso es un draugar! —exclamó Freyr.
El muerto viviente los observó, cómo si los analizara, sus aguajeros en el cuerpo estaban derramando pus, gusanos y sangre, mientras que su mano sostenía aquella arma colosal que portaba, sus ojos clavados en el grupo de amigos.
Una brisa se sintió alrededor de todos los presentes, ocasionando que Thruvalgard cerrara aquellas cuencas rojas, cómo si disfrutara el tacto del viento sobre su putrefacta fisionomía.
—Hace siglos el roce del aire no tocaba mi cuerpo, se me había olvidado cómo se sentía —vociferó.
El cobijo de Bygul lo observó, todos con armas desenfundadas y a la expectativa.
—¿Qué quieres aquí maldito ser? —preguntó Freyja poniéndose enfrente de todos.
Los otros soldados seguían atentos, con sus manos en las espadas que traían, no se movían ni un sólo centímetro, mientras que sus ojos amarillentos se postraron en cada acción de su líder, el muerto.
El draugar volteó su mirada hacia Freyja, abriendo de nuevo sus ojos y los posó sobre la diosa de la guerra.
—Señora Vanadis... ¡ustedes nos abandonaron! —la señaló con su carcomida mano.
El reclamo salió cómo un alarido, que hizo temblar a los mortales del lado de los dioses.
Sigrid tiritó, mientras que Leif le costó mantener su posición de batalla, los demás jóvenes, se habían acobardado, dando dos pasos hacia atrás.
Dhalia, se puso a espaldas de Leif, la chica sentía cierta afinidad hacia el berserker, sabía que con él cerca, nadie los podría lastimar.
Sin previo aviso, el no muerto, señaló al grupo y fue cuando la mitad de su escuadrón, alrededor de quince soldados, se abalanzó sobre ellos.
Freyr se movió de manera fugaz y con su palma abierta lanzó un potente rayo de sol, que calcino a todos los que se dispusieron a atacarlos.
El Fiero lo vio sin inmutarse, y volvió a señalarlos haciendo que los otros se abalanzaran sobre el grupo.
Pero esta vez Freyja se adelantó, con un dedo, concentrando su magia en el mismo, lanzó un potente destello que atravesó la línea entera de enemigos, haciendo que cayeran fulminados.
Los mortales sonrieron al ver que los dioses habían podido detener sin ningún problema a los antagonistas, y sólo quedó uno de ellos, el Einherjer corrupto, quién siguió igual de impasible.
—Sabía que esos guerreros eran una basura —comentó para sus adentros, —pero no importa ellos no pueden hacer nada, los mataré a todos.
Freyr se quiso adelantar a cualquier movimiento del enemigo y ataco con su espada al muerto viviente, quien recibió el golpe contra su costado, haciendo que todos estuvieran más tranquilos, ese impacto debía haber fulminado a cualquiera que lo recibiera.
Pero no fue así.
Al despejarse la tierra todos observaron que el draugar no se movió ni un centímetro.
Freyr vio esto con mucho asombro, él sabía que ese ataque pudo haber diezmado a un troll, pero no había ni rasguñado al enemigo.
De manera tétrica, el cuello del no muerto se torció para ver al dios de los elfos a los ojos, clavando aquella roja mirada sobre los orbes del vanir.
—La bruja dijo que ningún Aesir ni Vanir podrá derrotarnos, es la magia del ritual —señaló el enemigo.
Esto tomó desprevenido a Freyr quien en un fugaz desplante se posicionó lejos del draugar.
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A través del mito ll: Corazón de Valquiria
FantasíaSinopsis Un año ha pasado desde que Loki tomó el control de toda la península escandinava, gracias a su magia había unido Suecia, Noruega y Dinamarca en un solo país, con la ayuda de Surtr en el ámbito militar y de Sinmore en el aspecto eclesiástic...