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Un pequeño suspiro salió de su boca.
Se encontraba recargado su cara contra su palma. Que esta a su vez se encontraba recargando su mejilla en el marco de la ventana del autobús.
Soarinng miraba con nostalgia y tristeza afuera, justo estaban pasando por la universidad de Natalan... y de Lucasta.
Había ido de viaje con sus amigos de la universidad a un campamento, por eso pasaba en frente de aquel lugar al que casi nunca pasa. Le rompía el corazón. La última vez que había estado ahí, era un día que tuvo libre y fue a recoger a Natalan para después tener una cita juntos.
El tiempo se les había ido volando a él y a sus amigos, sobre todo porque hubo un percance en el campamento antes de partir.
Ahora están obligados a llegar a sus clases, con todo y las maletas de viaje, sin descansar.
Ya no lo amaba, por lo menos no como antes. Pero siempre iba a tener ese hueco y ese nudo en su corazón al recordarlo, al final de cuentas, él fue él quien lo enseñó a amar.
Anhela su atención, más no su amor. Por lo menos eso cree creer
Él fue su primer y verdadero amor.
Lo hacía feliz verlo con Lucasta, se veían enamorados, como alguna vez ellos lo fueron.
Bloqueó su Instagram porque su estabilidad mental no podía aguantar las fotos que subía Natalan. La envidia y el remordimiento invadían cada milímetro de su cuerpo.
Porque si Natalan le pidiera que volvieran a ser pareja, Soarinng se lo pensaría unos diez días y aceptaría después. Está decepcionado por ser un estúpido.
Suspiró una vez más, intento refrescar su cuerpo para tranquilizarse.
Volteó a ver a su grupo de amigos, que se estaban riendo por una respuesta de parte de Aquino al contestarle a Duxo. Se unió a ellos momentos después riéndose también y dando uno que otro comentario.
Al llegar a la universidad el autobús paró y todos bajaron con algo de cuidado.
Ahí les esperaba Mictia, una chica risueña, realmente bonita y un poco baja de estatura, ella no había podido ir al viaje por varios problemas. Pero habían hecho videollamada y se había sentido como si ella también hubiera estado ahí.
El grupito se juntó y se saludaron entre todos. No por mucho tiempo, ya que estaban apurados. Así que tan pronto como se saludaron, se despidieron, prometiendo hablarse por el grupo de WhatsApp que todos tienen en común.
