¡Hola! Espero que se encuentren bien.
Se qué no he cumplido varios de los pedidos que han dejado en mi tablero, y por eso es que publico este libro.
"Webtoon One-Shots"
Donde escribiré pequeños fragmentos de fanfics que me han pedido, en este libro...
Nota: Una disculpa por subirlo hasta apenas, espero que lo disfrutes tanto como yo disfruté escribiendolo.
-Mika <3
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Iba paseando por los pasillos de la escuela, pasillos que casi no visitaban.
¿La razón? Decian que habia un fantasma, ¿O era un vampiro?
No lo recuerdo bien. Pero era un bueno lugar para pasar el rato si no te gustan los lugares con demasiadas personas.
Di la vuelta en una esquina, pero me detuve al escuchar una linda melodia a lo lejos.
Caminé hacia la dirección de donde venia el sonido, así hasta llegar a la antigua aula de música.
Ladeé la cabeza con curiosidad.
Nadie la utiliza desde hace años.
¿Será...?
¿E-el...?
¡¿Será real el fantasma?!
Alterada, di unos pasos hacia atrás.
¡No puede ser posible! La academia aseguró que no habría vampiros aquí.
Aunque no dijeron nada sobre fantasmas...
Me di unos pequeños golpes en las mejillas.
Voy a entrar, y no va a haber ni un fantasma.
Me acerqué y toqué la perilla de la puerta, aunque esta se abrió sola.
Un fuerte escalofrio recorrió mi cuerpo en cuanto esto sucedio.
Todo me gritaba que corriera a mi habitación y no saliera jamás.
Pero está claro que no lo hice.
Finalmente la puerta terminó de abrirse dejando ver a un chico alto, de cabello azul obscuro y con un distintivo color en sus ojos, bueno mas bien tenia un ojo color azul y el otro color dorado.
—¿Puedo ayudarte en algo? —Me sacó de mi transe.
—¿Ah?
—¿Te puedo ayudar en algo? —Repitió un poco mas fuerte.
—¡Ah! L-lo siento —Me disculpé —Y-yo solo pa-pasaba por aquí y escuché r-ruido, así que vine...
—Ya veo...
—Entonces... ¿Eras tu el que estaba tocando?
—Si, ¿Qué pensabas?
Agaché la mirada.
—No me digas —Rió —¿Pensabas que era el... Fantasma?
—¡Fue lo unico que se me ocurrió,! ¡¿De acuerdo?! —Exclamé —¡No te rias de mi!
—Está bien —Sonrió —¿Quieres pasar?
—Claro —Acepté
Ambos entramos al salón y nos sentamos en el banquillo frente al piano.
Él comenzó con unos suaves movimientos sobre el instrumento para luego aumentar la intensidad de la ejecusión de las notas musicales, mientras leia un libro de partituras sus dedos bailaban rapidamente sobre las teclas.
De un momento a otro dejó de tocar.
Creí que era el final de la pieza hasta que vi su expresión.
Quizá tuve que pensarlo bien por varios segundos antes de que me diera cuenta de que estaba enojado.
—E-eso, fue muy lindo...
—¿De que hablas? —Masculló —¡Fallé!
—Oh... Bueno... Nadie es perfecto. —Sonreí
—Dices eso como si fuera algo bueno —Me miró
—Por que lo es —Guiñé un ojo —Así no tienes que dejar que te presionen por cosas que no tienen sentido, como sacar buenas calificaciones siempre, ser bueno en deportes, o tocar el piano a la perfección.
Suspiró.
—Sabes que tengo razón —Sonreí
—Tal vez.
—Así que no deberías presionarte tanto —Le di un ligero golpe en el brazo —Por cierto, ¿Cual es tu nombre?
—¿Qué?
—¿Cual es tu nombre? —Repetí
—S-si te escuché
—¿Entonces...?
—¿No sabes mi nombre?
—¿Debería?
—Has estado como media hora conmigo y ¿No sabes mi nombre?
—¿Me lo dirás o no?
—Si, pero... Me sorprende que no sepas mi nombre...
