Survivor [Kazuxiao]; smutt!

Lección 2

Lección 2
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La puerta se cerró con fuerza cuando la Arconte entró en la sala y dejó todas sus pertenencias en el escritorio del aula. Este día sus compañeros se encontraban entusiasmados, la adrenalina con la que contaban desde que comenzaron con los primeros robos la seguían manteniendo e iba creciendo constantemente.

- Buenos días.

- ¿Hoy no nos preguntas cómo dormimos?- cuestionó Heizou, Shogun se acomodó sus gafas y se cruzó de brazos apoyándose en el escritorio.

El grupo de muchachos se encontraba perfectamente normal, sin embargo la presencia de Kokomi no estaba en la sala, esta misma había sufrido un tiro en el hombro tras el último asalto y actualmente estaba descansando en su habitación. Shogun suspiró, tras la casi baja en el último robo, se estresó más y esto dio paso a poder continuar con su plan.

- De acuerdo, como bien sabéis Kokomi está descansando. Es por esto mismo que es nuestro momento de brillar.

- Que descanse en paz.- murmuró Shikanoin.

- No es como si estuviera muerta, Heizou.- aclaró Yoimiya.

El Cryo rodó sus ojos y Kazuha que se encontraba delante de Heizou esbozó una sonrisa.

Mientras tanto, los demás trataron de aguantar el calor que hacía en la sala, era agotador tener que robar en verano, sudaban como si fueran un helado derritiéndose y a consecuencia de ello se cansaban más.

- Nuestro siguiente movimiento será el definitivo, puesto que a raíz de este vosotros estaréis dentro de Khaenri'ah. Estoy segura de que los policías están lo suficientemente estresados como para que os vayáis directos a la cárcel. - Shogun caminó hasta la pizarra y dibujó el típico rectángulo mítico de la Arconte.- Cuando entréis tendremos contacto nulo... No podéis instauraros un micrófono en vuestro interior porque los policías os cachearán en todos los sentidos, así que tendréis que conectarnos de alguna forma una vez estéis dentro.

Yoimiya ladeó su cabeza y su mirar se dirigió hasta Kazuha, hacía un tiempo que comenzaba a pensar en que el muchacho nativo de Japón tenía algo especial en su interior. Normalmente era muy misterioso pero cuando quería aclarar algo lo dictaba sin problemas... Le gustaban esos detalles a la Pyro.

- Keqing.

La aludida alzó su cabeza.

- Necesito que una vez en la cárcel ubiques una rejilla en las duchas. Es el único lugar además de los baños en el que no hay cámaras de vigilancia. Cuando estés allí, desatornillareis el conducto de ventilación y al otro lado os espera la sala de cámaras. - Mientras hablaba, comenzaba a dibujar en el mapa local la idea que tenía.- Y desde allí nos comunicaremos.

- Haré todo lo posible.

- Buena suerte.

• • •

- ¡Anemo! - gritó Kokomi, lanzándole una mochila llena de dinero a Kazuha y aunque la tomara entre sus manos, sabía que sería en vano, puesto que todo lo que estaban haciendo sería para acabar en Khaenri'ah.

Ei les había advertido sobre todo lo que sufrirían en la prisión... Pero todo objetivo requiere de esfuerzo y la recompensa sería bendecida por Los Siete.

Kokomi detuvo su caminar cuando Kaedehara también lo hizo hacía pocos segundos. Ella respiró rápido y luego se volvió a acercar a su amigo, tomándolo por los hombros.

- ¿Qué pasó?

- Si esto sale mal, nuestra vida se va a la mierda.

Kazuha se acomodó la mochila a la espalda y miró a Sangonomiya a través de una mirada un tanto angustiada. Después de todo, si el plan no funcionaba pasaría el resto de su vida en la cárcel.

- Tranquilo, todo saldrá como lo hemos planeado. Hemos estudiado hasta los horarios de los policías, sus nombres y en qué puestos se encuentran.

Por un momento dudó de la palabrería de Sangonomiya pero era ahora o nunca cuando tenía que confiar en su grupo y en sí mismo. Asintió con la cabeza, agradeciéndole su compañía y rápidamente salió del banco por la puerta principal junto a sus compañeros.

El sol los cegó un poco tras estar a oscuras en el interior de aquel lugar y a continuación tuvieron que soltar todo el dinero para levantar sus manos.

- ¡Alto ahí! - gritaban los escuadrones de policía.

- Todo irá bien. - le repitió a Kazuha Kokomi, colocándose de rodillas para que le pusieran las esposas por la espalda.

Arrugó su nariz una vez lo colocaron a él de igual forma.

- Por fin. - Un joven se acercó, a contraluz para el de la máscara turquesa, se agachó frente a él y le tomó del mentón, quitándole así su protección para ocultarse de los periódicos y los medios de comunicación.

Kazuha levantó su mirada frunciendo el ceño cuando ese oficial de policía le quitó la máscara. Estuvo varios segundos mirándolo, apreciando sus facciones pero sobre todo sus ojos; portaba unos orbes amarillos impresionantes, casi lo dejan atónito de no ser por que el policía fue el primero en mirar en otra dirección. Quizás si trataba de trabajar con él podría sacarle más partido al plan.

Kaedehara se dio cuenta de que se trataba de Xiao. Según la Arconte, Xiao era uno de los mayores jefes de la prisión y que había que tener cuidado con lo que se decía alrededor de él... Pero nunca mencionó que fuera de utilidad para el grupo.

Tal vez Kazuha empezaría a remodelar un tanto el plan a su gusto.

Pensando en esto, el oficial Xiao se levantó del lado de Kazuha y caminó hasta estar cerca de una carpa en donde se habían instalado para esperar a que los ladrones salieran del banco.
Tomó un café entre sus manos y bebió de él mientras hablaba con Bennett.

- ¡Jefe lo conseguiste!

Xiao realizó una mueca.

- ¿Pasa algo? - cuestionó Bennett.

- Algo no me encaja en el puzzle.

- Pues prueba con otra pieza.- comentó inocentemente, recibiendo un gruñido de su jefe.- Q-quiero decir... ¿Por qué es así?

Xiao miró encima de la mesa que había a su lado unos papeles del periódico local en dónde hablaban sobre los robos que habían cometido.

- Se han dejado atrapar muy fácilmente.

- Estarían cansados de robar y querrían descansar en Khaenri'ah. - Se encogió de hombros, viendo como Xiao volvía a tomar de su café.

Finalmente asintió con su cabeza... A Los Siete les esperaba un día entero incomunicados de la Shogun y de juicios y viajes.

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Capítulo 2
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