Parte II

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Cada imagen tendrá una frase/canción diferente a veces relacionada con el cap

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Cada imagen tendrá una frase/canción diferente a veces relacionada con el cap.


Kim Taehyung había nacido en una cuna de oro, con padres adinerados, adictos al trabajo, de esos que estaban dispuestos a cumplir todos sus caprichos materiales con el fin de suplantar el apoyo emocional y el cariño que necesitaban todos los hijos.

Si Taehyung lo quería, Taehyung lo tenía. No importaba cuánto costara, sus padres lo harían posible.

Pero al final del día, no había nadie que le diera las buenas noches, al final del día estaba sólo con el personal de limpieza, en sus cumpleaños siempre recibía decenas de regalos, pero a la hora de cortar el pastel solo era él y sus perros.

Y empezó a cansarse de eso, ya no había algún videojuego que le hiciera sentirse feliz, ningún celular nuevo, televisor inteligente, incluso las salidas con sus amigos habían dejado de tener sentido. Todo era lo mismo.

Lujos, dinero, sólo tenía que abrir la boca y lo tendría todo. Pero se sentía vacío.

Sin duda, no es muy buena idea darle a un niño en crecimiento un montón de dinero en efectivo para usarlo cómo se le diera la gana, a los catorce años Taehyung ya tenía problemas de ira, el personal que había trabajado en su casa toda su vida ahora lo desconocía, gritaba, insultaba, rompía cosas, a veces sólo porque la comida no le había gustado.

Y cada día era peor. Hasta que no quedó nada del niño dulce e inocente que fue alguna vez.

A los catorce años Taehyung conoció las drogas. Le sorprendió la facilidad con la que pudo conseguirlas sólo por tener dinero, bastó con pedirle el favor a algunos estudiantes de último año a cambio de un poco de dinero extra para conseguir unos cuántos gramos de cocaína, desde allí aquellos chicos se convirtieron en sus "mejores amigos".

La primera vez que la probó se sintió vivo por primera vez en mucho tiempo, y para alguien como él, que no tenía nada más interesante que hacer, rápidamente se volvió una dependencia demasiado peligrosa, pasaron los días y su carácter solo empeoraba, se peleaba en la escuela, a sus padres no les interesaba, se peleaba en los entrenamientos de futbol, hasta que el entrenador lo expulsó y eso sólo le dejó más tiempo libre.

El día que cumplió quince años recibió una carta de sus padres, deseándole un feliz cumpleaños y diciéndole lo orgullosos que estaban de él, cómo siempre. No lo conocían ni siquiera un poco, no sabían nada de lo que estaba pasando realmente en la vida de su único hijo.

Porque aunque los maestros, mayordomos, el entrenador, dijeran que Taehyung estaba fuera de control, para sus padres el seguía siendo un niño perfecto, nunca podrían pensar lo contrario.

—Joven Kim —la voz del viejo señor Lee intentó detener su camino a la puerta de salida—. ¿A dónde saldrá tan tarde? Tenemos que cortar el pastel.

Antes de la Epifanía | EN EMISIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora