C A P Í T U L O V

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Esta nota no tiene que ver con la historia en sí, pero es un aspecto técnico debido a que realicé pequeñas animaciones para ilustrar la batalla, sin embargo es muy grande el archivo y tengo que comprimir al mínimo el GIF

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Esta nota no tiene que ver con la historia en sí, pero es un aspecto técnico debido a que realicé pequeñas animaciones para ilustrar la batalla, sin embargo es muy grande el archivo y tengo que comprimir al mínimo el GIF. Posiblemente modifique algunas cosas del capítulo para poder poner en orden todo, es que sí me gustó mucho cómo quedaron, agh. Eso es todo, ah, bueno, y las advertencias de espaditas cruzadas.

¡Advertencia! Otra vez pongo la señal de peligro

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¡Advertencia! Otra vez pongo la señal de peligro...las espaditas , sin más, disfruten el capítulo.

Empiezan las espaditas cruzadas (brutal, así comienza el capítulo)

La moral de Inglaterra se destruyó y por más que tratase de proteger y avanzar entre cuerpos recién mutilados ya sea de su espada o de la de sus soldados humanos debía actuar, podía sentir a su enemiga cada vez más cerca. No era extraño ver naciones pelear en batalla: ser una representación de un reino, imperio o país era también tener la capacidad militar y habilidad física en enfrentamientos de este tipo. Sin embargo se estaba empezando a implementar la parcial o total prohibición de este principio en ciertos lugares pero en el caso de los reinos anglosajones esto se habría negado unas cuantas veces. Las naciones guerreras no iban a abandonar fácilmente ese ancestral ímpetu que tenían.

Los hombres de Inglaterra estaban siento brutalmente masacrados y para este punto sólo unos pocos iban a quedarse en pie al frente de la batalla. Muchos ignoraron a su nación y a su comandante y mejor optaron por huir hacia las murallas a una York cada vez más vulnerable a un posible ataque. Inglaterra gritó y gritó el nombre de su padre con todas sus fuerzas, éste apenas y escuchó cómo la voz de su hijo pedía refuerzos. Distraído y un tanto frustrado al ver cómo Tostig huía con su ahora diminuto ejército volteó hacia la posición de Inglaterra, era un completo desastre: los noruegos habían prácticamente aniquilado el refuerzo que Mercia le había ofrecido unos meses antes. Observó cómo su heredero también cabalgaba con cierta dificultad hacia el otro lado y atrás suyo un puñado de soldados humanos.

- ¡Vamos! ¡Hay que seguirlos! ¡Retirada! - Ordenó Northumbria con un grito firme y sin esperar en absoluto algún aliento de descanso tomó un caballo y siguió a Inglaterra. No duraron casi nada, esos malditos eran perros difíciles de roer, y lo peor, su hijo no pudo dirigir bien el flanco que le tocaba liderar.- ¡Te atrapé! - gritó Noruega a lo lejos tomando una lanza y con su sobrehumana fuerza arrojó el arma con el objetivo de derrumbar a Inglaterra. No pudo atinarle al cuerpo del chico, pero sí al caballo. Northumbria cada vez estaba más desesperado e imploró a Dios que no tomaran a su hijo. La mujer escandinava estaba contenta, perdió hombres y no todo ocurrió de acuerdo al plan, pero tendría al menos su recompensa. Cuando empezó a correr hacia el equino herido junto con su jinete que estaba atorado en el suelo y aplastado por el animal tratando desesperadamente de zafarse, una sonrisa se formó en su rostro, hacía mucho tiempo que no sentía ese tipo de placer y adrenalina, una carga eléctrica recorrió su cuerpo, para ella la batalla terminaba cuando consiguiera al muchacho, sólo eso necesitaba para regresar a casa.

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