Donde Faith Reed, una vencedora de los juegos del hambre deberá de participar una ves mas en estos debido al vasallaje de los veinticinco... pero esta vez al lado de su mejor amigo y de la chica que le gusta.
Johanna Mason x oc fem
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Finnick se encontraba en la mansión de Snow, la batalla ya había finalizado y ahora el se encontraba ahí, viendo fijamente a Johanna, Mags y Annie.
— lo siento — dijo Finnick sin ver a nadie — lo siento... — repitió ahora viendo a Johanna
— Finnick ¿que pasa? — pregunto Annie caminando hacia él para luego abrazarlo
La batalla acababa de finalizar y Johanna junto a Mags y Annie acababan de llegar al lugar por lo que no sabían de Faith.
— ¿donde esta Faith? — pregunto Johanna tratando de parecer calmada pero el temblor de su voz la delataba — ¿donde esta Faith? — volvió a preguntar mientras apretaba a Sr. Patitas Suaves entre sus brazos
— lo siento... — repitió Finnick con la voz cortada — ella me salvo... y yo
Mags cerro los ojos al entender lo que sucedía, Annie cubrió su boca con sus manos mientras lagrimas bajaban por sus ojos mientras que Johanna apretó a Sr. Patitas Suaves contra su cuerpo, como si abrazar a aquel oso le diera algo de consuelo.
— estas mal — dijo Johanna — ella dijo que regresaría...
Johanna negó con la cabeza repetidas veces, ella apretó al oso entre sus manos, lo apreto tan fuerte que su ojo derecho termino saliéndose.
— no, no, no, no — negó Johanna preocupada y arrepentida cuando noto lo que había hecho — lo siento, lo siento... no quise hacerlo
Se disculpo con el oso, como si le hubiera infringido el mayor de los males. Finnick trato de acercarse para consolar a su amiga, pero Mags fue la primera en moverse.
La mujer mayor recogió el ojo de Sr. Patitas Suaves del suelo, el pequeño cuenco de plástico se había roto, ya no funcionaba como ojo para el oso, pero Mags aun así se lo dió a Johanna.
Cuando la azabache tomo el pequeño plástico de las manos de la mayor, esta le sonrió con cariño y compasión. Mags sujeto a Johanna por los brazos y los froto un poco para darle consuelo.
Johanna mordió su labio para reprimir el llanto que amenazaba por salir.
